POR CLARA SILVESTRE
Mónika y Mariel Pimentel son dos hermanas que han coincidido en la carrera fotográfica y dentro de sus proyectos comunes se encontraba la posibilidad de abrir un estudio donde además de ofrecer sus servicios como fotógrafas, sirviera como una galería para promover de manera exclusiva todo lo relacionado con este campo.

La realidad es que hoy sus sueños dejaron de ser un proyecto y Estudio Eme Espacio Fotográfico se ha convertido en una estructura para fomentar el interés por la fotografía, siendo la primera institución que se dedica a estos fines con estas especificaciones.

En la actualidad presentan una muestra fotográfica de Miriam Calzada, y asimismo cuentan con un vasto programa de clases, conversatorios y otras actividades. Entre las exposiciones que presentarán pueden incluirse instalaciones o collages, pero siempre fotográficos.

Como explicaron, la idea les surgió cuando concluyeron sus carreras profesionales. Mariel realizó una maestría sobre fotografía, en Madrid, y Mónika, luego de que se graduara de publicista decide también incursionar en la fotografía, y se plantearon la necesidad de un espacio que apoye más el arte fotográfico.

Confiesan que antes de instalar el estudio tuvieron muchas dificultades para realizar sus proyectos, y que aún hoy, un año después, continúan confrontando problemas, lo que las lleva a pensar que todo aquello que tiene que ver con arte en el país es difícil, y que muchas veces no es muy fácil encontrar apoyo.

Pero, pese a todo,  este año continúan entusiasmadas con varios proyectos en agenda, los cuales desarrollarán a la par de ofrecer sus servicios fotográficos.

Cuentan con una agenda completa, y al respecto refieren que aunque están abiertas a cualquier propuesta, mantienen requisitos inviolables para quienes deseen exponer en el estudio, por lo que cualquier colección de arte fotográfico que se exhiba deberá pasar por una curaduría, que es requisito fundamental.

Mariel expresa que es una ventaja y algo que les suma, el hecho de que como artistas y fotógrafas se complementan, porque tienen maneras distintas de trabajar y de ver las cosas, lo que hace que el trabajo final sea más completo de lo que pudiera ser si trabajaran por separado.

El estudio se constituye en un sueño que cada día va tomando más forma y se vuelve más sólido. Las hace muy feliz el hecho de que comienzan a ver los frutos de su trabajo y esfuerzo.

Mónika

“Creo que ahora mismo hay excelentes fotógrafos en el país, y mucha gente tratando de hacer muy buen trabajo, por eso también dentro del estudio disponemos de un espacio para exposiciones. Entendemos que se necesitaba un lugar donde la gente aprenda a apreciar más este arte, porque aunque hay gente que está haciendo un buen trabajo, todavía no se reconoce como un arte”.