Lágrimas de alegría, de esas que refrescan, surcaron los ojos de la veterana actriz Monina Solá al ser reconocida en el VIII Festival Internacional de Teatro Santo Domingo 2014.
A pasos lentos, y prodigando sonrisas y afecto, esta gran dama del teatro dominicano llegó al salón de actos de la Cinemateca, donde fue reconocida por sus aportes y su larga trayectoria.
La audiencia la recibió de pie con un aplauso que retumbó en cada rincón del lugar.
Allí se encontraban familiares, amigos de toda la vida y colegas que, como Salvador Pérez Martínez “El Pera” y Flor de Bethania Abreu, tenían mucho que decir sobre esta mujer que durante décadas ha engalanado las tablas.
En el transcurso del reconocimiento fueron llegando otros colegas que también tenían mucho que contar: el productor teatral Juancito Rodríguez, el barítono Fausto Cepeda, la directora Germana Quintana y las actrices Carlota Carretero y Jacqueline Estrella. Ellos y otros más que se fueron sumando al tributo querían mostrarle sus afectos, decirle cómo y cuánto influyó para que estudiaran esta carrera y, por qué no, hacerse una foto para la posteridad.
“Yo quiero ser recordada como una persona que ayudó mucho a la juventud artística”, dijo la homenajeada, quien se inició en el oficio teatral en 1937 a los cuatro años en la compañía que tenía su padre.
Monina recordó que en la época en la que se desarrolló como actriz había muchos prejuicios y que también había hombres que eran muy enamorados. “Las mujeres debíamos mostrar comportamiento y una cara de seriedad”, manifestó mientras hacía ese gesto.
Musa de Franklin Domínguez. En su dilatada carrera, Monina ha actuado en más de 200 obras de teatro de diversos géneros. Algunas de ellas, como “Ojalá hoy fuera ayer”, han sido producciones de Franklin Domínguez, con quien trabajó durante muchos años. Cuando se le preguntó qué se siente el haber sido la musa del prolífico dramaturgo, ella respondió: “Me siento feliz porque sé que él estudió mucho y le costó mucho el título y esos conocimientos los transmite a una. Por él me gané premios en México, Nueva York, Venezuela y otros sitios. Franklin hizo que me los ganara”.
Agradecida con el Festival. “Yo me siento muy feliz con este reconocimiento. A veces me pregunto si será un sueño. Solamente pienso ‘ay, si don Emilio (Aparicio) estuviera aquí’. Don Emilio que luchaba y añoraba tanto el Teatro Escuela de Arte Nacional”, dijo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas y una persona le señalaba que Ana América, una de las hijas de Aparicio, se encontraba entre el público.
El español Emilio Aparicio Martínez fue director de la referida escuela de la que salieron destacados actores y actrices.
En el tributo que se le hizo había mucha gente joven y ante esto ella señaló que le agradaba ver que no la han olvidado y que toman en cuenta su trabajo. “Se recuerdan de mí; mi nombre no les es extraño”, expresó la actriz nacida en 1933.
Lo que dijeron. Este reconocimiento estuvo colmado de bonitas anécdotas y testimonios que se referían a su persona. Y entre ellos, “El Pera” fue el primero.
“Hablar de Monina, más que un orgullo, es un honor. Durante los ocho años que no me dejaron entrar a Bellas Artes, Monina insistió muchísimo para que me lo permitieran”, relató tras destacar que gracias a ella participó en obras importantes.
Relató que Monina fue solidaria con compañeros que se encontraban en apuros. “Ella era el paño de lágrimas. Monina y Zulema Atala (madre de Flor de Bethania Abreu) me protegieron y me ayudaron a proteger a Narciso González en un momento determinado”, afirmó El Pera.
De su lado, Flor de Bethania aseguró que se siente orgullosa de haber compartido el escenario y de tener vínculos muy cercanos con la homenajeada.
En tanto que Fausto Cepeda destacó los lazos de familia que los unen. “Mi madre y mis tías la querían muchísimo. Me siento muy satisfecho y muy bien de estar aquí en este homenaje que tú te mereces”, dijo Cepeda y a seguidas le interpretó una estrofa de un bolero que la emocionó profundamente.
Juancito Rodríguez contó que conoció a Monina a los 19 años, cuando trabajaba en una plaza comercial y ella le recomendó que estudiara en Bellas Artes, se comprometió a mantener vivo su legado. “Ella es un gran ser humano y siempre me apoyó”, dijo.
Karina Noble, directora de Festivales Nacionales e Internacionales, aseguró que el trabajo de Monina influyó para que fuera actriz. “Cuando veía en las tablas a esta inmensa mujer me decía: Yo quiero ser así”.