Monja asesinada veía en Haití su casa

Monja asesinada veía en Haití su casa

Madrid. – La misionera Isabel Solá, asesinada el viernes por unos desconocidos en Puerto Príncipe, escribió tras el terremoto de 2010- “Haití es mi casa, mi familia, mi trabajo, mi sufrimiento y mi alegría, y mi lugar de encuentro con Dios».
Esas palabras, dadas a conocer hoy por Obras Misionales Pontificias (OMP), las redactó la misionera catalana en una carta en la que reconocía que no se podía imaginar que le iba a tocar “sobrevivir una de las mayores catástrofes de la historia” y que ello “cambiaría radicalmente” su “concepción de la vida, del sufrimiento, de la muerte y de la fe». “Pensareis que cómo puedo seguir viviendo en Haití, entre tanta pobreza y miseria, entre terremotos, huracanes, inundaciones y cólera. Lo único que podría decir es que Haití es ahora el único lugar donde puedo estar y curar mi corazón”, escribió la religiosa. “Haití es mi casa, mi familia, mi trabajo, mi sufrimiento y mi alegría, y mi lugar de encuentro con Dios”, añadía la misionera hace cinco años.
Las OMP indicaron que en nombre de los 13,000 misioneros españoles repartidos por todo el mundo, se ha unido al dolor por la muerte de Isabel Solá y ha destacado que se encontraba en ese país dando su vida con los más pobres. Javier y Fernando Solà Matas, hermanos de Isabel, dijeron que la religiosa se instaló en Haití en 2008 tras haber permanecido 18 años en Guinea Ecuatorial.

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