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POR DOMINGO ABRÉU COLLADO
Un trabajo publicado en la revista francesa «Sciences et Avenir» titulado «La paix est contagieuse» (la paz es contagiosa) trae una interesante situación operada entre un grupo de monos babuinos, que -como todos los primates- biológica e históricamente han recurrido a la violencia como hábito normal para el establecimiento del dominio de los machos más fuertes y mejor dotados de cada manada.
El caso se dio primeramente entre los miembros de una manada de babuinos (Papio anubis) en Kenya, que ha estado siendo monitoreada desde hace 30 años por Robert Sapolsky y Lisa Share, del Instituto de Primatología de Nairobi.
Los cambios en la conducta violenta de los babuinos se evidenciaron luego del cese de una epidemia de tuberculosis que ocurrió entre los años 1980 y 1985, epidemia que diezmó los machos dominantes de la manada. En adelante, los machos restantes adoptaron una actitud más condescendiente tanto con los machos más jóvenes como con las hembras de la manada.
Pero lo más curioso es que el cambio operado en esa manada no fue pasado por alto por otras manadas del llano de «Masai Mara», en Kenya, puesto que esta nueva actitud pacífica ha estado «contagiando» a otras manadas del llano, cuyos machos dominantes han ido deponiendo las actitudes agresivas y recurriendo a mejores tratos con sus congéneres.
«Con los babuinos del Llano de Masai Mara, tenemos la primera prueba, en el medio natural, de que los primates pueden seguir la vía de la paz», comentó para la revista citada el célebre primatólogo Frans de Waal.
Se supone que los investigadores habrán de darle seguimiento tanto al comportamiento del grupo «pacifista» primario como a los grupos secundarios que han optado por asumir la dinámica de la paz sugerida por la actitud del primer grupo.
La renuncia a la imposición de la fuerza para el dominio, el final de los combates y las agresiones que inflamaban la tribu de babuinos bajo estudio en el medio natural del Llano Masai Mara, es una muestra de que alguna vez los seres humanos -los primates de mayor desarrollo conocido- también puedan asumir la paz como dinámica de convivencia tanto entre pueblos como entre naciones.
EL TERROR A LOS HURACANES
Algunos medios de comunicación y algunos comunicadores recurrieron de nuevo esta vez, previendo el paso del huracán Iván, al tipo de información aterradora que por casi toda la vida que llevamos como nación ha imperado cada vez que se prevé el paso de una de estas manifestaciones naturales.
De nuevo se informó a la población -entre otras cosas- que el paso del huracán Iván sobre la República Dominicana era inminente, que traía la misma trayectoria que el huracán David, se le comparó con los peores huracanes y se llamó a la población a abastecerse de todo y a tomar todas las medidas que se les ocurriera.
Igual que en las épocas de mayor desinformación se sigue manipulando a la gente hacia el terror a los huracanes. En realidad debe alertarse a la población sobre las medidas a tomar en caso de que un huracán toque República Dominicana. Pero es preferible que se informe debidamente a los dominicanos, primero, sobre los beneficios que traen los huracanes; sobre su periodicidad, que data de millones de años; sobre su capacidad de recargar todos nuestros acuíferos; sobre sus efectos renovadores para con la flora; sobre su capacidad para limpiar ríos y arroyos; sobre el efecto limpiador de la atmósfera, y sobre otras cualidades benignas de los huracanes, sin las cuales no fuéramos el pródigo y ubérrimo país que somos.
Por otro lado, es necesario insistir en que si los huracanes cobran vidas se debe a la inobservancia que insistimos en llevar al construir casas endebles y establecernos en sitios que son definitivamente peligrosos ante la acción de un huracán.
Siendo la República Dominicana un país colocado en el trayecto de los huracanes no se concibe que sigamos construyendo viviendas anárquicamente y con los materiales más deleznables que tengamos a mano, teniendo calizas de diversos tipos y rocas para todo tipo de resistencia para la mejor y más segura construcción que pueda pensarse. Es solamente un asunto de política de Estado el que la seguridad contra los huracanes sea para siempre.
LA LEY DE ÁREAS PROTEGIDAS
En esta misma semana el Procurador General de la República, doctor Francisco Domínguez Brito, opinó que la Suprema Corte de Justicia debería fallar a favor del recurso de inconstitucionalidad elevado por el movimiento ambientalista y un grupo de abogados para que sea anulada la Ley Sectorial de Areas Protegidas, por las violaciones que implica su aprobación por el Congreso Nacional y su promulgación por el ex presidente Hipólito Mejía.
Pero mientras se debate la situación de dicha ley, en «Los Arroyos», del Parque Nacional Sierra de Bahoruco, se procede a la medición de 35 tareas de bosque virgen para su destrucción y parcelación. Y en el Parque Nacional Jaragua se intenta la toma de «Playa Blanca» con propósitos de construcción, lo que ha obligado a las autoridades (guardaparques) a asumir una actitud de alertas en la entrada a Bahía de las Aguilas para evitar una posible invasión que está siendo soterradamente estimulada por los congresistas de Pedernales y Barahona.
Otra actitud de presión a la que se recurrió por la aprobación de la ley de marras fue la publicación «al vapor» de la gaceta oficial que la contiene, de manera que se cumpliera uno de los requisitos que la validaría ante la nación.
En realidad necesitamos una ley para las áreas protegidas, pero para su protección, no para su destrucción, como se pretende con la que está ahora en manos de la Suprema Corte de Justicia.
FORD MOTOR Y EL MEDIO AMBIENTE
La Ford Motor Company reedita para la República Dominicana sus Premios de Conservación Y Medio Ambiente 2004, esta vez su quinta edición, cuyo límite de recepción de propuestas está fijada para el 17 de septiembre en curso.
Bajo la frase de William Clay Ford, «nuestros desafíos son complejos, nuestros objetivos son simples: construir una empresa fuerte y forjar un mundo mejor», la Ford Motor Company publicó las categorías bajo las cuales otorgará los premios: 1. Conservación y Educación Ambiental; 2. Conservación y educación de la Herencia Cultural; y 3. Ingeniería de la Conservación.
Los criterios que serán analizados por el jurado calificador para seleccionar a los ganadores serás: 1. Utilidad y sentido práctico; 2 Dedicación; 3. Necesidad financiera; 4. Originalidad; y 4. Efecto multiplicador.
