Mons, de cantera a vivero de la cultura

Mons, de cantera a vivero de la cultura

La ciudad medieval de Mons, Bélgica, patrimonio de la UNESCO, se prepara para ser capital europea de la cultura en 2015 con un programa que buscará poner en valor su propio renacimiento industrial, que hizo de esta cantera de carbón un vivero de la cultura.

“Mons, donde la tecnología y la cultura se encuentran” es el leitmotiv de un proyecto con el que la ciudad belga espera fijar su nombre en el mapa cultural europeo y potenciar su atractivo turístico, tal como ya han hecho algunas de sus predecesoras.

Transición económica inspiradora. Cuando Elio di Rupo, hoy primer ministro belga en funciones, llegó a la alcaldía de Mons en 2001, la ciudad apenas lograba levantar cabeza tras el declive de la industria del carbón en los años sesenta y setenta.

En los albores del nuevo milenio, Di Rupo decidió apostar por una reconversión industrial apoyada en las nuevas tecnologías y el turismo, e impulsar la reurbanización de esta ciudad medieval patrimonio de la UNESCO.

La piedra angular de la nueva arquitectura económica vino a ponerla el buscador Google, que instaló en Mons su centro de servidores para Europa, y actuó de imán para atraer a otros gigantes tecnológicos como IBM o Microsoft.

A su vera florecieron decenas de pequeñas “start-ups”, muchas de ellas de la mano de ingenieros locales que han desarrollado un “savoir-faire”, sobre todo en la industria de los videojuegos.

Esta transformación fue la que inspiró a Yves Vasseur al tomar las riendas de Mons 2015 hace cuatro años, cuando la ciudad fue elegida por un jurado de la Unión Europea (UE) como capital de la cultura.

“Cuando me pidieron trabajar en este proyecto pensé que una forma original de hacerlo sería crear un lazo entre las nuevas tecnologías, esas empresas que vienen a instalarse a Mons, y la cultura”, dijo Vasseur, comisario general del proyecto, durante una entrevista con Efe. “Podríamos haber tenido un brillante desarrollo económico sobre la biología o la farmacología, pero eso no habría aportado nada a la cultura”.

Cultura de la mano de la tecnología. Aunque el programa completo no se desvelará hasta finales de este año, Vasseur reveló que 80% de los proyectos estarán ligados de alguna forma a la tecnología, ya se trate de teatro, danza, cine, debates o exposiciones diversas.

Así, la muestra “Metro IT Europa” abordará explícitamente los lazos entre tecnología y arte, mientras que la exposición “Energía, por un mundo sostenible” sumergirá al visitante en un videojuego de estilo “retro-futurista” para descubrir las aristas de las nuevas fuentes renovables.

El proyecto Mapping Knowledge (“Haciendo mapas de conocimiento”) será un recorrido por la historia de la visualización de datos que incide en la revolución que ha supuesto la digitalización de la información.

El escenario será el Mundaneum de Mons, un gigantesco archivo creado en el siglo XIX por el nobel de la Paz Henri La Fontaine.

La cara más tradicional del arte tendrá también su lugar gracias al homenaje que la ciudad rendirá a Vincent Van Gogh, cuyo plato fuerte será una retrospectiva de la obra del pintor en el Museo de Bellas Artes de Mons (BAM), que abrirá sus puertas en enero.

La antigua villa minera de Bois du Luc, patrimonio mundial de la UNESCO, acogerá una muestra sobre la estancia del artista holandés en esta zona de canteras y la influencia que ejerció en su obra posterior.

Así, el presente tecnológico y el pasado minero de Mons se conjugan en más de cien proyectos que llaman a público y artistas europeos a indagar en la reconversión de la ciudad, pero también a participar de ella.

Y es que el reto para toda capital de la cultura es darle a sus iniciativas una dimensión europea otorgando, al mismo tiempo, un papel activo a las instituciones locales y los vecinos. Esto es lo que la Unión Europea espera de ellas.

La capitalidad cultural como estrategia de desarrollo. “Las capitales de la cultura tienen que promover la diversidad cultural europea, mostrar que tenemos valores, historias y movimientos culturales comunes. Esto significa también lograr que cooperen socios locales y de otros estados miembros”, explicó a Efe el director de este programa comunitario, Sylvain Pascual.

“Además hay que implicar a toda la población (…), desarrollar conexiones entre socios económicos, culturales, el sector del turismo y la educación”, añadió.

En el caso de Mons las relaciones a nivel europeo y local han empezado a materializarse con alianzas como la creada entre el Museo del Carnaval, de la pequeña ciudad de Binche, y el Museo de las Civilizaciones de Europa de Marsella para desarrollar una exposición itinerante, o con los programas conjuntos puestos en marcha por instituciones de la provincia.

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