El obispo emérito de la Arquidiócesis de Santo Domingo,  monseñor Francisco José Arnaiz, pidió ayer la ayuda de Dios para la solución de una serie de males que afectan al país -entre los que citó la insuficiencia de los servicios básicos y la postergación a la solución de la crisis eléctrica- y criticó la corrupción, la indolencia de algunos funcionarios públicos y la falta de agilidad burocrática.

El prelado católico deploró el incumplimiento de promesas, la inseguridad ciudadana, “la rapiña en los bienes públicos de la nación, la precariedad de dinamismo y creatividad”, en perjuicio de    los que integramos la Patria,  y la persistencia de una extensa pobreza que califica de inhumana e injusta.

Monseñor Arnaiz presidió el tedeum celebrado en la Catedral con motivo del 146 aniversario de la Restauración de la independencia nacional, encabezado por el vicepresidente Rafael Alburquerque.

También lanzó críticas a la insuficiente atención y apoyo a una instrucción y educación de calidad para todos y las crisis profundas de los partidos políticos, que consideró claves de la democracia nacional.

Sostuvo que “no podemos contentarnos simplemente con el logro de la Restauración. Es deber y compromiso nuestro el perpetuarla y perfecionarla progresivamente, adaptándola continuamente a los nuevos tiempos  y a los nuevos retos.

Agregó que en este perfeccionamiento progresivo, nada nos debe encoger ni quebrar. “Dios, como Señor de la historia, se nos ha dicho, está y estará con nosotros”.

Monseñor Arnaiz pidió no tener temor ni a los enemigos de dentro ni a los de fuera, ni a los reclamos sensatos o insensatos, rebeliones serenas o impacientes ni a los levantiscos de siempre y de oficio.

Al comentar las lecturas bíblicas de ayer, monseñor Arnaiz reflexionó que todos los pueblos y los individuos creen que  su historia es fruto exclusivo de su esfuerzo y acción, pero que en el devenir de los mismos Dios actúa invisible, pero eficazcamente a través del obrar ambiguo y visible.

Vicepresidente cita logros Gobierno

El vicepresidente  de la República, Rafael Alburquerque, afirmó ayer que   la economía dominicana ha registrado en el último semestre   un crecimiento  de 1.4 por ciento del Producto Interno Bruto, siendo uno de los cinco países que ha tenido un alza dentro de la profunda crisis mundial.

Alburquerque  dijo que el hecho de que el país haya registrado un balance positivo en el crecimiento  económico,  a pesar de la crisis global, es una  prueba evidente de que el Gobierno ha podido realizar una gestión exitosa.

Alburquerque habló con los periodistas luego de encabezar los actos oficiales conmemorativos del 146 aniversario de la Restauración, que incluyeron un tedeum en la Catedral Primada de América y una  ofrenda de flores depositada  en el Panteón Nacional. La comitiva oficial estuvo integrada por varios secretarios de Estado.

Manifestó que hay grandes países de América Latina que han  decrecido y que sin embargo el país,  que exporta un 80% de su producción y de sus bienes a los Estados Unidos, a pesar de la crisis mundial, registró   un crecimiento sorprendente de un 12.7% en agricultura.

“Una demostración de nuestra preocupación para que en  el país pueda mantenerse el crecimiento y el desarrollo”, dijo y vaticinó que al terminar el año la inflación podría ser más reducida. 

Agregó que la homilía de monseñor Arnaiz es un mensaje de aliento y de apoyo y nos dice que tenemos que seguir trabajando.