El poder hay que conseguirlo con humildad y con actuaciones en favor de los demás, afirmó ayer el arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria, durante una misa en la Catedral Primada de América, en la Capital, con motivo del Domingo de Ramos.
“A nosotros nos encanta la grandeza, nos encanta el poder por todos los medios, cueste lo que cueste, Jesús nos demostró que el poder hay que conseguirlo con actos de humildad y un accionar débil y humillado en favor de los demás”, expresó el arzobispo.
Monseñor Ozoria pidió a Dios que ilumine a aquellos que buscan el poder para sí mismos sin tomar en cuenta el bienestar del prójimo.
Procesión. El Domingo de Ramos concentró además a cientos de feligreses católicos que realizaron la tradicional procesión en la Ciudad Colonial, quienes con ramos de palmas en las manos recordaron la entrada triunfal del Señor Jesucristo a Jerusalén.
Los feligreses caminaron tirando del carro con la imagen de Jesús encima del burro y escoltados por “La Guardia Romana”, los sacerdotes y la banda de música de los Bomberos del Distrito Nacional, exclamando: “Bendito el que viene en nombre del Señor”.
La caminata, que fue encabezada por monseñor Ozoria y que da inicio a la Semana Santa, salió desde la Iglesia Las Mercedes y recorrió las calles Sánchez y Arzobispo Nouel hasta llegar a la Catedral Primada.
Ozoria indicó que la entrada de Cristo a Jerusalén marcó el inicio de su pasión, que concluyó con su muerte en la cruz.
Señaló que la forma de entrar a la ciudad, en un asno, muestra la humildad del Señor, lo que entiende debe ser imitado por todo el que diga que es cristiano.
Recordó que aunque Jesús llegó de esa forma, sin ninguna majestad evidente, fue recibido por muchas personas y declarado rey.
“Esto enseña que el reconocimiento y la grandeza no está necesariamente en los lujos o bienes materiales que tengamos, sino en la humildad y en la disposición de entregarnos para beneficiar a otros”, expresó.