«Monsieur Antoine», el genio polaco de la peluquería francesa  

«Monsieur Antoine», el genio polaco de la peluquería francesa  

SIERADZ, Polonia. AFP. Pionero en Francia de la peluquería moderna, conocido como «el emperador de los peluqueros» por haber revolucionado a principios del siglo XX la imagen de la mujer con el corte de pelo estilo masculino de Coco Chanel, Antoine de Paris no era parisino sino polaco. 

«Monsieur Antoine», llamado en realidad Antoni Cierplikowski, fue uno de los que inició esta industria que mueve hoy en día 50 mil millones de dólares al año en el mundo.

Todos los veranos se celebra un festival de la peluquería Openhair en su ciudad natal de Sieradz, en el centro de Polonia, para rescatar del olvido a este personaje legendario.  

Además de su corte «à la garçonne», imagen de mujer independiente, sus innovaciones iban de los champús practicados en los salones a lo tintes capilares no orgánicos pasando por las lacas para cabello a base de alcohol y goma arábiga.  

«Es sin duda la figura de la peluquería más importante del siglo XX», declara a la AFP Janusz Szymanski, un discípulo de Antoine y árbitro del concurso del Festival Sieradz, donde su maestro nació en 1884. Antoine llega a París con 17 años.

Diez más tarde ya es célebre por haber «rejuvenecido» a la actriz cuarentona Eve Lavallière cortándole en cabello por primera vez con un estilo masculino. Coco Chanel, que tiene el taller a tiro de piedra del salón de peluquería de Antoine, en la rue Cambon, está encantada.  

«Ella creó la costura moderna y él la peluquería moderna», afirma Szymanski. Como Lavallière antaño, celebridades como las cantantes Victoria Beckham y Rihanna, las actrices Katie Holmes, Cameron Díaz y Renee Zellweger o la maniquí Naomi Campbell siguen encontrando que el corte inventado por Antoine rejuvenece.  

La lista de sus clientas célebres entre los años veinte y sesenta era larga: de Coco Chanel a Edith Piaf y Brigitte Bardot, pasando por las actrices Sarah Bernhardt, Marlène Dietrich y Greta Garbo, la bailarina y cantante Josephine Baker, la espía Mata Hari y la primera dama de Estados Unidos Eleanor Roosevelt.  

«El aspecto sicológico es absolutamente crucial en la realización del peinado, y él lo sabía», declara Szymanski, y recuerda que su maestro sabía evaluar al momento la personalidad de un mujer, su edad, sus necesidades, sus desgracias.  

En 1925, Antoine abre un salón en la Quinta Avenida de Nueva York, el primero de una cadena de 110 peluquerías en Estados Unidos. En el momento más alto, su imperio se extiende entre París, Tokio, Melbourne y Vancouver. Su fortuna aumenta, también su excentricidad.  

Obsesionado con la idea de la muerte, duerme en un féretro de cristal, lleva zapatillas de cristal fabricadas por él mismo, se viste como un rey, toca el órgano en casa, diseña trajes de época extravagantes, esculpe, recita poemas y pasea por París con su perro pintado de lila.  

Pero a mediados de los sesenta Antoine se separa de su mujer, que hacía funcionar el negocio, y de sus discípulos, como el legendario Alexandre, que abre su propio salón en París. Poco a poco cae en el olvido.  

«El emperador de los peluqueros» decide entonces regresar a su Polonia natal, a la sazón comunista, para hacer vida de simple ciudadano en Sieradz, donde cultiva su jardín y corta leña, pero se sigue vistiendo como un príncipe para las visitas.  

En 1976, fallece de cáncer de pancreas a la edad de 92 años.   Dieciséis años más tarde, en 1992, unos enviados de su discípulo Alexandre llegan a Sieradz para cumplir la última voluntad del maestro: ser inhumado en París.  

Los restos de Antoni Cierplikowski son exhumados y su mano derecha viaja en una urna de madera roja y negra hasta París, donde reposa en el cementerio de Passy.  

«Elegí simbólicamente la mano derecha porque fue la que peinó a Coco Chanel, Sarah Bernhardt o la reina María de Rumania, explicó entonces Alexandre, que murió en 2008.

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