Arturo Rodríguez
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Pasada la fiebre del Oscar, nuestras carteleras recurren ahora a aquellas películas que han obtenido grandes recaudaciones de taquilla por el Norte. Ahora nos llegan dos de esas cintas hechas simplemente con la idea de atraer gran cantidad de espectadores a las salas.
Una es Cloverfield y la otra Jumper. Ambas tratan de hacer navegar nuestra imaginación y de sumergirnos en un mundo de fantasía.
Cloverfield ha conseguido el beneplácito de la crítica, lo que no suele ser fácil cuando se aborda este tipo de temática.
Monstruos. King Kong, el original, el de los años treinta, continúa siendo nuestro preferido por mucho que Peter Jackson haya conseguido una portentosa superproducción hace un par de años.
Por muchos efectos especiales, por mucho desarrollo de la técnica que exista hoy en día, se hace casi imposible alcanzar el nivel de ingenuidad y erotismo que tenía aquella bestia que amaba a Fay Wray y se subía con ella a lo más alto del Empire State desafiando a los aviones.
A los japoneses y a los yanquis les encanta ver sus ciudades destruídas en la pantalla.
Pensábamos que, después de lo ocurrido con las Torres Gemelas, sus aficiones iban a cambiar. Sin embargo no ha sido así. Veremos qué pasa.
Teletransportaciones. A nosotros quien nos gustaba de verdad era el Doctor André Pelambre de la primera versión de The Fly, aquella que se llamaba, cuando se estrenó en el Olimpia en la segunda mitad de los años cincuenta, La mosca de cabeza blanca.
Ahora resulta que tenemos a un Jumper que también se teletransporta y que pertenece a una raza especial a la que le sucede estas cosas extrañas como si no nos hubiese bastado con los Highlanders.
Las claves
1. Secuela
El director de Cloverfield, Matt Reeves, ya anunció una segunda parte para el 2009.
2. Dinero
Ambas películas lograron grandes recaudaciones de taquilla en los Estados Unidos.
3. Fin
Tratan de hacer navegar la imaginación de los espectadores.