Probablemente sea el binomio más productivo y competente que se haya instalado en el Palacio Nacional después del ajusticiamiento de Trujillo y la llegada de la democracia al país.
Los ministros administrativo y de la Presidencia, José Ramón Peralta y Gustavo Montalvo, a pesar de tener perfiles presidenciales por los resultados y efectividad de sus ejecutorias gubernamentales, al parecer se mantendrán al margen de esos aprestos porque de hacerlo tendrían que renunciar de sus puestos, dejando un vacío de poder que no le conviene al presidente Danilo Medina.
José Ramón Peralta ha sido el consuetudinario acompañante de Medina Sánchez en las llamadas visitas sorpresa y hombre clave en la canalización de los recursos económicos del Gobierno para la realización de las obras públicas grandes, medianas y pequeñas. De trato afable, receptivo y de una locuaz retórica política, el influyente funcionario definitivamente cae simpático y resuelve.
Gustavo Montalvo, de poco hablar en el aspecto personal, pero agudo y profundo en sus discursos, coordina con éxito programas fundamentales como el 9-1-1, que será extendido a las provincias de San Pedro de Macorís, Peravia y la Romana, República Digital, proyectos habitacionales y otros de carácter social, además tiene fama de ser un funcionario austero, recto y transparente.
Gran parte de las ejecutorias del régimen danilista recae sobre los hombros de esos dos incansables servidores públicos y en tal sentido hay que arribar a la conclusión de que ningún otro Gobierno dominicano ha tenido una combinación tan perfecta.
José Ramón Peralta y Gustavo Montalvo, dos colaboradores del presidente Danilo Medina que no le han fallado y que merecen el reconocimiento del país.