Moradores Ciénaga anhelan traslado

Moradores Ciénaga anhelan traslado

POR JUAN M. RAMIREZ
Que el presidente Leonel Fernández cumpla con su promesa de trasladar a un lugar seguro a quienes habitan lugares de alta vulnerabilidad, surge como la primera expectativa para 2008 para las familias que habitan a orillas del río Ozama, en el barrio La Ciénaga, en el Distrito Nacional.

Consultados sobre cuál es su mayor anhelo para el año nuevo, Eramia Ramírez, Denny Matos, Felicia de la Cruz, Rafael Tejada, Maritza Angeles, Carmen María Ramos, Amado Mora, entre otros, expresaron que su mayor felicidad sería si logran ser reubicados en lugares donde puedan dormir tranquilos junto a sus hijos.

Cada uno expuso las vicisitudes que pasó durante el presente año 2007, sobre todo con las tormentas Noel y Olga, las que recordaron con pesar ya que se vieron en la necesidad de salir de sus casas con el agua al cuello para no ser víctimas del río.

Eraria Ramírez, madre de cinco hijos, no conoció de cena de Nochebuena, ni está segura de que sus dependientes podrán acostarse  satisfechos el próximo 31, pero tiene fe en que será reubicada en lugar seguro.

En tanto que para Amado Mora, un joven padre de tres hijos, su mejor anhelo para el año nuevo es comenzar a ver crecer a sus pequeños en un lugar más acto para seres humanos, no en una casucha cubierta de hojalata como en la que vive actualmente.

En cambio, Denny Matos, dijo que la seguridad para sus dos hijos constituye la mayor esperanza para la familia, que perdió todos los ajuares del hogar cuando las aguas del río arrasaron con todo luego del paso de Olga.

Felicia de la Cruz, con 84 años, y llena de nietos, ni la comida de Navidad, de año nuevo ni los reyes para los muchachos tienen importancia. Su deseo mayor es no morir en la margen del Ozama, por lo que espera que el presidente de la República cumpla con el compromiso de llevarla a un lugar digno para humanos.

Asimismo, Maritza Angeles expuso que nadie quiere vivir tan cerca del río, pero que no cuentan con recursos para vivir en mejores condiciones, porque viven de chiripeo, salir a vender algo a la calle para llevar algo de comer en la noche, por lo que el regalo de su vida es que la reubiquen en sitio decente.

“Aquí, mi hijo, tuvimos que abandonar la casa y luego volver a sacar el lodo, y como resultado dos de los muchachos enfermos en los pies que todavía están ahí tirados; si nos sacan de aquí sería una bendición de Dios”, exclamó Carmen María Ramos, quien además pertenece a la iglesia Evangélica en La Ciénaga.

Rafael Tejada estima que además de la seguridad de un hogar, en que pueda vivir con dignidad, para el año nuevo espera que sean enfrentados problemas como el desempleo, de la energía eléctrica y que baje más que todo la canasta familiar.

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