Morados y morachos halacabuyas

Morados y morachos halacabuyas

JUAN D. COTES MORALES
El presidente Leonel Fernández Reyna conoce perfectamente que el poder y la fuente del poder de un presidente moderno está en ganarse el apoyo del pueblo.

En el año 1998, el presidente Fernández tuvo un excelente protagonismo en todas las actividades relacionadas con el diálogo nacional, a pesar de que la Carta Pastoral del día 23 de julio de ese año preguntaba esencialmente por las conclusiones de ese diálogo en el cual fueron cifradas todas las esperanzas de que se constituyera en el único camino para garantizar la paz de la familia dominicana.

Para los fines de este escrito, es de mi mayor consideración y respeto, expresar que el presidente Leonel Fernández, el secretario Danilo Medina, el diputado Lidio Cadet, el doctor Euclides Gutiérrez Félix y los demás fundadores del Partido de la Liberación Dominicana, son morados de cuerpo entero y su color no se ha desteñido nunca. Pero las mayorías que tiene el PLD y que puede obtener, según sea y pase el tiempo, son morachos, es decir, de un color claro y que yo me permito llamar halacabuyas, que en el lenguaje de la marinería quiere decir “marinero principiante que sólo sirve para halar los cabos”.

No puedo ser despectivo, pero debo definir las cosas según mi proceder y opinión. Y como en el PLD hace mucho tiempo que no existen los canillitas, los morachos son los que se acaban de integrar a la organización, los que acaban de llegar y, si les llamo halacabuyas es porque ellos les sirven a los líderes fundadores, a los dirigentes y a la burocracia del partido en las actividades propias de los ordenanzas, mensajeros internos, etc., hasta que se dispongan a estudiar y vayan ascendiendo grado a grado, sobre todo, respetando los estatutos y ganándose la confianza de los demás.

No me explico porqué mucha gente inteligente, de manera despectiva, indolente y poco agradecida, les quiere llamar a estas personas oportunistas, tránsfugas, busca vidas, busca empleos, enchufistas y enchufópidos.

En todas las organizaciones del mundo los iniciados y los reclutas tienen que hacer centro y pagar su derecho de estar hasta que aprendan y tengan condiciones para estar y saber estar, sobre todo con moderación y entender que en todo principio se pasan muchas cosas malas y desagradables, de donde viene la expresión castiza de “estar pasándolas moradas”.

Es mi deseo expresar que el presidente Fernández me parece un libro abierto a quien es necesario hacerle saber que la mundanalidad es satánica y que la esfera inferior de la teogonía está consagrada a los infiernos donde se hospedan gratuita y complacidamente todos los leviatanes que hostigan principalmente a los pobres a quienes debe ser destinado el bien social, la justicia social y el pan con sudor.

Sí, a los pobres, indocumentados, infelices, miembros de la sociedad civil inocente, atrapada en las redes de la sociedad civil culpable, de la sociedad civil usurera y de la sociedad civil de notables sicofantes.

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