POR FIOR GIL
El secretario de Relaciones Exteriores, Carlos Morales Troncoso, declaró ayer su preocupación por la agresión de que fue objeto el sacerdote Pedro Ruquoy y requirió a la Policía Nacional realizar una exhaustiva investigación del caso, al tiempo que tramitó una solicitud para que al religioso se le reponga la seguridad que hace dos años le fue retirada.

Morales Troncoso precisó que mediante resolución del 26 de mayo del 2001, la Corte Interamericana de Derechos Humanos pidió al Estado Dominicano, tomar medidas especiales para proteger la vida e integridad personal del cura Ruquoy.

El funcionario explicó que en junio del 2001, las autoridades de entonces dispusieron de un personal para proteger la integridad física del sacerdote y que conforme indagatorias hechas por la Cancillería, se estableció que esa protección le fue retirada hace dos años sin explicación alguna, “por lo que se han encaminado las tramitaciones de lugar a fin de restituir la seguridad al padre Ruquoy”.

Sostuvo que desde que se enteró de la situación en que se vio involucrado el religioso, hizo contactos con él a través de funcionarios de la Cancillería, para expresarle su preocupación y ponerse a su disposición.

Morales Troncoso dijo que, además de consagrar un compromiso del Estado Dominicano con el organismo internacional, la Cancillería asume la responsabilidad de garantizar “por los medios correspondientes”, el respeto a los preceptos de los derechos humanos en el caso de ese cura.

 Ruquoy es un ciudadano belga que lleva 30 años de labor pastoral en el país y tras la agresión, el párroco en toda la zona de Tamayo y Vicente Noble, le pidió ayer protección al procurador general,  Francisco Domínguez Brito, por las amenazas que recibe por su labor pastoral a favor de los obreros haitianos.

El 27 del mes pasado, desconocidos le propinaron una pedrada al sacerdote Ruquoy, en momentos en que presidía la distribución de alimentos  en el Batey 5, en el poblado de  El Palmar, en Tamayo.