BANDA ACEH (Indonesia) (EFE).- El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, concluyó ayer su gira por el sudeste asiático en Banda Aceh, el »corazón» de la catástrofe ocasionada por el maremoto, con el anuncio de que España aumentará su ayuda económica a los países más afectados.

   La nueva partida, cifrada en cinco millones de euros, se repartirá entre organizaciones humanitarias y organismos internacionales para completar los trabajos de atención a los damnificados y poner en marcha el proceso de reconstrucción.

   Esta cantidad eleva a unos 59 millones de euros la contribución total comprometida por el Gobierno español desde que ocurrió el seísmo el pasado 26 de diciembre, a la que se une otros 100.000 euros para estudios de proyectos destinados a la recuperación del sector pesquero en Indonesia y Sri Lanka.

   Moratinos dio a conocer el incremento de los fondos después de recorrer las calles de Banda Aceh, al norte de la isla de Sumatra, donde se ha registrado el mayor número de víctimas mortales debido a su cercanía al epicentro del seísmo.

   El jefe de la diplomacia española, acompañado de la secretaria de Estado de Cooperación, Leire Pajín, tuvo un primer contacto con la ciudad destruida por la riada sobrevolando en helicóptero su litoral y las áreas más devastadas.

   La caravana diplomática tropezó con un camión del Ejército indonesio cargado de cadáveres envueltos en bolsas de plástico negras y azules que puso de relieve la incógnita que aún hay sobre el número real de muertos que dejo el «tsunami».

   Moratinos definió su visita a Banda Aceh como «la etapa más impactante y dramática» de su gira de tres días por Sri Lanka, Tailandia e Indonesia.

   «Todos hemos salido de Banda Aceh con el corazón encogido. Hemos comprobado la pequeñez de la civilización humana», dijo el ministro español, quien confesó ser partícipe del «sentimiento de frustración por no haber podido ser capaz de evitar» la tragedia.

   Muebles, árboles, coches e, incluso, barcos, permanecen varados en las calles mientras continúan las labores de desescombro y la evacuación de los cuerpos en una población que trata de recuperar la normalidad.

   Moratinos aprovechó su estancia en la capital de la provincia de Aceh para ver de cerca el trabajo de los cooperantes españoles a los que reconoció su esfuerzo y altruismo.

   En el hospital de campaña instalado por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), en el que se dejó un cargamento de casi cuatro toneladas de medicinas y víveres, el ministro tuvo la ocasión de saludar al equipo de bomberos de Córdoba, por cuya circunscripción es diputado.

   La última escala de su viaje por el sudeste asiático fue la ciudad indonesia de Pekambaru, en donde recibió a los primeros militares españoles que se desplegarán en la región.

   Los dos aviones «Hércules» C-130 que transportaba al contingente, además de una partida de alimentos y una potabilizadora, precederán la llegada de otros tres aviones CASA 235 en las próximas horas y del buque «Galicia» a principios de febrero.

   La misión «Respuesta solidaria», que integran casi 600 efectivos, tiene un plazo de trabajo de entre seis semanas y dos meses.

   El período de tiempo que las tropas extranjeras permanecerán en Indonesia fue uno de los asuntos tratados en la reunión que Moratinos mantuvo durante la mañana con el presidente de este país, Susilo Bambang Yudhoyono.

   El mandatario indonesio insistió en que el deseo de su Gobierno es que los militares foráneos no excedan su estancia en el país más de tres meses, plazo de tiempo que el canciller español indicó como suficiente para concluir las tareas de ayuda a la población, castigada por el maremoto a finales de diciembre.

   Este fue el mensaje que Bambang Yudhoyono trasladó a Moratinos durante la reunión mantenida en el aeropuerto de Sibolga, en la provincia de Sumatra del Norte, para evaluar la situación del país y la cooperación prestada por España.

   El presidente indonesio se comprometió a que los voluntarios que actúan en la región, así como los militares que llegan desde hoy, no tengan «la menor dificultad de acceso a todas las zonas afectadas por el maremoto», según explicó Moratinos tras la reunión. EFE