Morir atracado

Morir atracado

Recientemente ocurrió un hecho lamentable con un gran eco en los medios de comunicación, las redes sociales, sociedad civil y las organizaciones barriales, el asesinato de Emmanuel Antonio Muñoz de 23 años, dirigente de COPADEBA, en el momento posterior al cambio de un cheque regresando a la organización, lo balearon para despojarle del dinero y de su vida. Hasta el día de hoy la policía no ha identificado a los culpables, no se ha hecho justicia.
Este hecho es uno más en el círculo de violencia-delincuencia que afecta cotidianamente nuestro país y muy especialmente las principales metrópolis (Santiago y Santo Domingo). La mirada al mismo supone retomar elementos ya expuestos en artículos y estudios realizados anteriormente sobre las causas del fenómeno de la delincuencia y la violencia en nuestro país como son:
– Masculinidad violenta. Más del 90% de los atracos y homicidios lo realizan los hombres en nuestro país. Nuestra cultura está bañada de una masculinidad-violenta y machista en la que los niños se socializan para ser hombres violentos y asumir conductas de riesgos y violentar las normas. Mientras más “tiguere” y agresivo sea el hombre más “macho” es.
– Patrón recurrente del modelo de “dinero fácil”. La búsqueda de dinero fácil se ha convertido en un modelo social. Desde los estratos pobres, medios y altos se promueve el dinero fácil por la vía de la corrupción, la política, los vínculos con redes delictivas y/o actividades en conflicto con la ley.
– Vínculo estrecho entre delincuencia-corrupción-impunidad. Las redes delictivas se fortalecen porque no hay un régimen de consecuencias, el sistema de justicia es frágil y está bañado de corrupción e impunidad al igual que los organismos encargados de velar por la seguridad ciudadana como la Policía Nacional y el Ministerio Público.
– Fácil y libre acceso a armas de fuego. La muerte de Emmanuel fue con armas de fuego. Casi la totalidad de los robos y atracos que terminan en asesinatos, feminicidios, y homicidios se realizan con uso de armas de fuego, se obtienen con facilidad por la vía legal o ilegal.
Estamos viviendo un contexto político-social importante para demandar de los/as próximos(as): legisladores(as), síndicos(as)/alcaldes, Presidente y su equipo de gobierno, y Poder Judicial, leyes y políticas públicas municipales y nacionales que intervengan en la delincuencia y la violencia desde sus raíces.
Todas estas instancias desde el ámbito municipal al nacional, tienen una responsabilidad frente a la erradicación de la delincuencia y la violencia al igual que toda la población en el freno de la violencia social y la transformación de la masculinidad violenta hacia una nueva masculinidad basada en una cultura de paz.

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