Mormones y Fundación donan sillas de ruedas

Mormones y Fundación donan sillas de ruedas

El trasladarse libremente de un lugar a otro no será un impedimento para más de 500 discapacitados agrupados en la Asociación de Personas con Discapacidad Físico-Motora (ASODIFIMO). Wheelchair Foundation (Sillas de Ruedas para el Mundo) y el Programa Manos que Ayudan de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días donaron más de 500 sillas de ruedas a discapacitados de todo el país a través de ASODIFIMO.

Las sillas de ruedas tienen un valor incalculable para los discapacitados, ya que en la República Dominicana no se fabrican y tienen un costo inalcanzable para aquellos con problemas físico-motores que provienen de familias de escasos recursos.

La donación estuvo a cargo del  elder José A. Castro, autoridad de área de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, quien dijo que es un arduo trabajo el que realiza la Asociación de Personas con Discapacidad Físico-Motara para lograr que los discapacitados puedan insertarse en la sociedad y contribuir con el desarrollo de la sociedad.

El elder Castro destacó  que “servimos a un solo Señor, que siente un gran amor por nosotros, es Nuestro Señor Jesucristo”.

Sostuvo que debemos pensar en seguir mejorando nuestras vidas “poniendo a Jesucristo como nuestro centro”. Reconoció que vivimos en un mundo de muchas convulsiones, pero dijo que a pesar de ello, si ponemos a Jesucristo en el centro de nuestras vidas podremos superar todos esos obstáculos.

En la actividad intervino también la coordinadora nacional de la Asociación, Rosa Lina Núñez, quien señaló que una silla de ruedas para una persona con discapacidad significa su medio de movilidad y desplazamiento, “es un instrumento técnico que nos facilita la integración a la vida cotidiana”.

Agregó que en un estado de derecho pleno, esas necesidades son cubiertas por la seguridad social y en otros casos por el propio Estado a través de Salud Pública. “En nuestro país la adquisición de una silla de ruedas se convierte en un verdadero dolor de cabeza para muchos por los altos costos ya que en el país no existen fabricantes y el Estado ha sido históricamente deficiente en suplir estas necesidades a la población más pobre”.

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