Mortal agresión a la convivencia en edificio residencial

Mortal agresión a la convivencia en edificio residencial

La aplicación irresponsable en un apartamento vecino de insecticidas de gran poder letal y prohibidos para áreas habitadas llevó a la muerte el pasado sábado en su hogar a la joven señora Adele Ruiz y a su bebé de dos meses y casi ocurre lo mismo con su esposo y otro hijo de tierna edad gravemente afectados también. Hasta su domicilio en el sector Piantini logró abrirse paso una sustancia que jamás debió ingresar al ámbito de pacifica existencia y derecho a la vida de un grupo de familias ajenas por completo a que coincidían con personas urgidas de matar termitas y que procedieron con ostensible incapacidad para medir el alcance de sus actos hacia el prójimo cercano o dadas a una temeridad de funestas consecuencias que no las libra en modo alguno de responsabilidades civiles y penales. Es de luctuosa lección y advertencia para el resto de la sociedad el hecho de que fueran quebrantadas inadvertidamente para el entorno las reglas de protección ciudadana contra el manejo de elementos químicos de máxima toxicidad en zona exclusiva de viviendas en la que evidentemente existía un almacenamiento violatorio, incompatible con la vida hogareña, de materiales que atraen al combatido insecto. La Ley de Condominio debe ser reforzada con sanciones, mensajes visibles y vigilancia para librar a los residentes de riesgos a la salud y la vida. La creación de juntas de vecinos, muy extendida ya en las ciudades, debe recibir respaldo legal para hacer valer las restricciones de seguridad que procedan.

Lea: Aspiran al poder sin expresar compromiso con causa de la mujer

Publicaciones Relacionadas

Más leídas