Mortal por necesidad

Mortal por necesidad

El comercio de medicamentos falsificados es un elemento mortal por necesidad. En muchos casos la medicina falsificada termina con la vida del paciente y deja intacta la enfermedad. Y en todos los casos, la medicina falsificada es letal para la industria que invierte grandes sumas de dinero en estudios, investigación y diseño de fórmulas. Se ha llegado a considerar que el mercado de falsificación de medicinas mueve tanto o más dinero que el de las drogas.

De ahí que resulte oportuno el llamado que hacen al Gobierno y a la industria farmacéutica el   representante del Banco Mundial, Fernando Montenegro, y el consultor de  organismos internacionales Federico Tobar,  para que el primero persiga el delito de falsificación y venta de medicamentos y la segunda trate de abaratar los costos de los mismos con tal de desestimular el mercado ilícito.

El país necesita crear medios para detectar la falsificación local y venta de  medicinas e impedir su ingreso desde otros países. Es necesario mejorar la protección de la industria debidamente establecida, a la que el mercado ilícito le ocasiona pérdidas cuantiosísimas. También es preciso tomar en cuenta los perjuicios de orden fiscal que se derivan de estas prácticas desleales. La falsificación y venta de medicamentos es un elemento mortal por necesidad.

Menos cosmética y más acción

En la agenda de la República Dominicana y Haití está anotada para la primera semana de enero de 2010 una reunión de representantes de los gobiernos de los dos países. En octubre pasado hubo otra reunión de delegaciones de nivel medio y en ambos casos el propósito anunciado ha sido el de ampliar los contactos para ensanchar unas  relaciones bilaterales a las que les falta definir reglas de provecho común para promover un modelo insular de desarrollo que armonice con la preservación de la soberanía de cada Estado.

Una comisión mixta bilateral creada hace trece años no ha logrado avanzar en el diseño de una estrategia que permita ejecutar proyectos comunes y definir mejor las reglas de intercambio bilateral. La falta de resultados en esta materia es una contradicción a la necesidad que tienen ambos países por mejorar las normativas de sus relaciones. Es obvio que se necesita más acción y menos cosmética diplomática.

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