El país tiene motivos para esperar con optimismo el 2014. Esos motivos están basados en hechos tangibles y en la proyección de sus efectos en el tiempo. El Gobierno, por medio de un manejo prudente de la economía, desmontó hasta el 1.7% del PIB en el presente año, el déficit fiscal de un 9% del PIB que encontró al asumir el mando en agosto del 2012. Esta fue una herramienta clave para devolverle a la economía la estabilidad que estaba perdiendo.

El ministro administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, en su reciente discurso como orador ante la Cámara Americana de Comercio, expuso aspectos del desempeño de la economía y las proyecciones positivas hacia 2014. Por ejemplo, la adjudicación de 8,000 aulas a ingenieros de todo el país y la demanda de alimentos para la tanda extendida de la educación, garantizan dinamismo desde comienzos de año.

Además, muchos de los efectos positivos del apoyo oficial a la producción agropecuaria y a las mipymes, se dejarán sentir desde comienzos del año que viene. Y al margen de todo esto, las proyecciones que para 2014 ha hecho la CEPAL indican que el PIB de nuestro país podría crecer un 5% el año entrante, tal vez el más alto de la región. El buen desempeño de la economía y los pronósticos de organismos externos bien acreditados, justifican que caminemos con optimismo hacia el 2014.

CON DON MARIO EN EL RECUERDO

Don Mario Álvarez Dugan sembró tantos valores en nuestra sociedad, que por mucho tiempo estará en el recuerdo de quienes han sobrevivido su partida, ocurrida un día como hoy hace cinco años. Fue un profesional de la comunicación social que asumió con mucha responsabilidad su papel ante un país que siempre valoró sus aportes. Desde 1988, cuando asumió la dirección de este matutino, hasta sus últimos días, Don Mario mantuvo la gallardía de un ejercicio periodístico sin dobleces.

A cinco años de su partida lo recordamos por sus sabias enseñanzas, su trato afable, el buen humor que le caracterizaba y la pasión conque escudriñaba la verdad de los acontecimientos. Fue valiente en sus opiniones, que daba a conocer en los editoriales y su columna “Coctelera”. El país perdió con su partida a uno de esos personajes que dejan gratas huellas y se hacen acreedores de respeto y admiración permanentes.