El Banco Central ha liberado 20,000 millones de pesos del encaje legal para que la banca los destine a la financiación de sectores  productivos, incluyendo la construcción de viviendas modestas. Hace unos días, el Gobierno entregó  9,000 millones de pesos a  varias instituciones y organismos, para la ejecución de obras de interés social a nivel nacional. Estos  desembolsos significan un gran impulso para acelerar a  una economía ralentizada en  el primer trimestre del año, entre otras causas porque los nuevos impuestos deprimieron la demanda de bienes y servicios. La disponibilidad de crédito a tasas moderadas debe activar el aparato productivo e inspirar nuevas iniciativas de inversión.

El otro factor tiene un sentido dual: económico por un lado y de afianzamiento de la confianza en el porvenir por el otro. El éxito del Gobierno en su reclamo de mayores beneficios por el oro que explota la Barrick Pueblo Viejo ha renovado el optimismo de los dominicanos sobre la manera en que se cuida el patrimonio del Estado. Ha habido una valoración abrumadoramente positiva de este éxito gubernamental, y el pueblo, que respaldó militantemente esa demanda, se siente un tanto protagonista y beneficiario de ese triunfo, y este precedente debe tener alguna  influencia en las expectativas que tienen los dominicanos hacia el porvenir. La expectativa nuestra es que hay motivos valederos para lograr que la economía retome sus bríos.

Faltas inadmisibles

Hasta en la contabilidad más elemental, cada ingreso o egreso, cada operación,  tiene que estar soportado en documentos  idóneos. Y esta regla es aún más rigurosa en el caso de las cuentas del Estado. Partiendo de estas premisas, alguien tendrá que rendir cuentas sobre gastos por cientos de miles de   millones de pesos que carecen de documentación de soporte en la ejecución presupuestaria del  año 2012. Una auditoría de la Cámara de Cuentas revela esa y otras faltas inadmisibles.

Estas ocurrencias se producen justo cuando el Estado dominicano ha hecho grandes inversiones para sanear y organizar sus cuentas, para un ejercicio más transparente. En el caso que nos ocupa se detectaron pagos de obras que carecen de documentación. En el manejo del dinero del Estado la indelicadeza, por llamar de algún modo estas acciones, debe acarrear consecuencias para los autores.