Motocicletas siguen sin ser controladas

Motocicletas siguen sin ser controladas

La mayoría de los accidentes de tránsito del país se producen con motocicletas. Los hospitales tienen registros dramáticos de  muertes y lesiones  provocadas por su manejo temerario y sin cascos protectores. Pero, ¿quién le pone el cascabel al gato?

Con un millón 352 mil 720 unidades “registradas”, las motocicletas mantienen ventajoso predominio en el denominado “parque vehicular” dominicano, y cada vez más acrecientan su incontenible protagonismo en los accidentes de tránsito.

Este vehículo, devenido en emblemático medio de transporte y de subsistencia para miles de hombres, es por consecuencia lógica factor de entorpecimiento de un tráfico – de por sí caótico y enmarañado – en las principales ciudades.

En el país, conforme a las estadísticas oficiales actualizadas, existen seis motocicletas por cada yipeta, cuatro unidades por cada vehículo de carga, y dos por cada automóvil.

Las motocicletas representan el 49.5 por ciento del total de vehículos que transita por calles, avenidas y carreteras nacionales. El parque vehicular asciende a dos millones 734 mil 740 unidades.

Los automóviles privados ocupan el segundo lugar en el parque vehicular, con 661 mil 747 unidades. Su participación es de un 24.2 por ciento del total general.

Los vehículos de carga representan el 12.6% y entre yipetas, autobuses, máquinas pesadas, etc., el resto.

Dado su característico armazón, la motocicleta puede sortear el congestionamiento vial, convirtiéndose en amenaza latente para los demás usuarios de las vías públicas.

Asumiendo las aceras como superficie de rodamiento y canal de desplazamiento, en muchas ocasiones, los conductores de motocicletas son impenitentes violadores de las normas de regulación del tránsito.

Es harto frecuente observar motociclistas transitar calles y avenidas a contravía, sin luces delanteras o traseras por las noches, desprovistos de cascos protectores o violando las luces rojas de los semáforos, esto último su deporte favorito.

La mayoría, muy viejas

El 60 por ciento de las motocicletas que ruedan por el suelo quisqueyano tiene diez años y más de uso. Ese solo hecho las convierte en elemento de perturbación, debido a sus precarias condiciones de funcionamiento.

Las estadísticas disponibles revelan que el 60.7 de esos vehículos, unas 821,493 unidades, tiene diez años o más de uso.

El 19.2 por ciento de las motocicletas – 260 mil 74 unidades – tienen entre 5 y 8 años de uso.

Sólo el 20 por ciento – unas 271,153 unidades, tiene menos de cinco años en funcionamiento.

El 41.37% de las motocicletas se concentra en el Distrito Nacional; el 11.01% en Santo Domingo, y el 5.74% en La Vega.

Es de rigor precisar, sin embargo, que en este aspecto el subregistro de vehículos de motor es elevado, tomando en cuenta que muchas motos transitan sin placas, y sin seguros de protección contra accidentes fatales.

Causantes de accidentes

Las motocicletas se han convertido en el dolor de cabeza de las autoridades organizadoras y reguladoras del tránsito, por el creciente protagonismo de conductores de estos vehículos en frecuentes accidentes.

Los hospitales especializados en ortopedia y traumatología – especialmente el Darío Contreras de la capital y el Juan Bosch, de La Vega – registran números asombrosos en sus estadísticas de atención a accidentados en motocicletas.

En el 2008, de 13,283 pacientes atendidos en “el Darío” por accidentes de tránsito, en 8,595 de los casos – un 64.7 por ciento – tuvieron como protagonistas o lesionados a los conductores o pasajeros de motocicletas.

En el 2010, de 7,483 casos de accidentes asistidos en ese hospital público, en 4,773 – un 63.7 por ciento del total – fueron provocados o tuvieron intervención directa motociclistas.

En 2,711 de los casos hubo participación de automovilistas.

El “motoconcho”

  Era previsible que – ante un servicio de transporte público caótico, deficiente y deficitario – la motocicleta pasara a ocupar lugar de preeminencia en un país de recursos económicos limitados.

El “motoconcho”, una modalidad de transporte impuesta por la fuerza de la sobrevivencia ciudadana y el ingenio popular, ocupó rápidamente lugar de preferencia entre sectores con necesidades de transporte insatisfechas o cumplidas a medias, teniendo como destinos  centros de trabajo, estudios o por otras urgencias de la población.

El “motoconcho” surge a principios de los años 80, como respuesta a esas deficiencias de servicio. El otro factor lo determinó el bajo costo del transporte, en comparación con el establecido en el tradicional “concho” servido por automóviles.

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En zonas urbanas

El 68.1% del total de los vehículos que circulan en República Dominicana está ubicado en el Distrito Nacional, Santo Domingo y Santiago de los Caballeros; el restante 31.9% está distribuido en las demás provincias del territorio nacional, según las estadísticas actualizadas de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII).

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