El economista Arturo Martínez Moya consideró ayer que el 2010 ha sido un año más de fracaso en la gestión del sector eléctrico, y pronosticó que se empeoraría en el 2011, cuando estima habrá más apagones y mayores fondos en subsidios.
Dijo que no se ve una luz a final del túnel en el sector eléctrico. Argumentó que el modelo de desarrollo que se aplica al sector está errado y debe ser cambiado, establecer otro en el cual las empresas que generen la energía la cobren a la vez.
En ese sentido hay ejemplos que han dado buenos resultados, y citó el caso de la generadora de energía que opera en Las Terrenas, Samaná.
No se trata de ser buen gerente o no, es el modelo que no sirve, ha demostrado hasta la saciedad que no funciona, sostuvo.
Préstamos. Martínez Moya criticó que pese a la precariedad del servicio eléctrico y a la elevada tarifa, los préstamos tomados por el gobierno en los últimos siete años para el sector ascienden a US$2,781 millones. En declaraciones a este diario, dijo que esos recursos han sido destinados en lo fundamental a subsidios, y algunos fondos a la construcción de obras que están todavía inconclusas, tales como las presas hidroeléctricas Pinalito y Palomino.
Explicó que también de esos US$2,781 millones, la suma de US$300 millones fueron destinados a pagar deudas del gobierno a Unión Fenosa por la recompra de las distribuidoras del Sur y del Norte hechas por el Estado.
En ese período (en los últimos siete años) no ha habido una sola obra del sector eléctrico que haya sido iniciada con fondos del presupuesto nacional.