Más de veinte dominicanos vinculados a redes de narcotráfico y sicariato, algunos de ellos considerados de “alta peligrosidad”, se encuentran prófugos de la justicia debido a “debilidades” en los mecanismos de persecución, cuya responsabilidad recae en la Policía Nacional.

Se trata de fugitivos bien entrenados, capaces de neutralizar el rastreo tecnológico; cambiar su fisonomía con cirugía plástica, como es el caso de Jesús Pascual Cabrera Ruiz; o con una fuerte complicidad y protección de algunas autoridades, como Pascual Cordero Martínez (El Chino), dijo ayer el titular de la Procuraduría Especializada en Lavado de Activos, Daniel Germán Miranda Villalona.

Aunque contra ellos hay órdenes de arresto nacional o internacional; le han sido incautados numerosos muebles e inmuebles, incluidas villas; millonarias sumas de dinero en drogas y en efectivo; armas de guerra y otras pertenencias producto de sus negocios ilícitos, continúan “libres” y como “Pedro por su casa”.