JOSÉ MANUEL GUZMÁN IBARRA
Una sociedad insatisfecha puede derivar en una sociedad violenta. Si los servicios básicos, a saber: luz, agua, salud, educación, transporte, infraestructura son deficientes, tendremos una población al borde de la explosión social o de la delincuencia. No veo la forma de mantener la paz social si no es con más y mejor gasto.
El gasto público en construcción de obras públicas fue de 12.66 millardos, lo que equivale a apenas un 10% del gasto total en las cifras preliminares del 2006. Si eso es mucho o poco podemos verlo en los reclamos de la población. Un ejemplo es en La Mina, de Herrera, más de 200 personas temen que las casas se caigan o se deslice la tierra. Los derrumbes en este sector han sepultado más de 20 viviendas. A eso se suma calles sin asfaltar y hacinamiento. En provincia, específicamente en Palo Alto, Barahona, los lugareños se quejan de que el área presenta un aspecto de abandono, debido al deterioro que presentan sus calles. Igualmente en una docena de comunidades de Monte Cristi se registraron protestas en demanda de que las autoridades dispongan su interconexión a las redes del acueducto de la Línea Noroeste, cuyas tuberías atraviesan por ellas y no reciben ni una gota de agua. En San Pedro de Macorís, a principios del mes de noviembre, cientos de personas marcharon por diversos sectores de la ciudad de San Pedro de Macorís para reclamar del Gobierno la terminación de varias obras. Entre las obras que reclaman esas organizaciones figuran la terminación del acueducto y el alcantarillado sanitario, así como la terminación de la planta de tratamiento de aguas residuales.
Se pueden detallar desde agosto a la fecha decenas de protestas exigiendo por lo menos un millar de obras pequeñas y cientos de obras de mediana importancia. Aún si el gobierno reprograma la construcción del Metro o lo desestimará del todo, el renglón de obras públicas estaría demandando, siendo conservadores, 4 millardos más de lo gastado en el año, y eso dejando fuera las obras más grandes, a saber: la renovación necesaria de la Autopista Duarte, la construcción de represas, la terminación de la autopista San Cristóbal-Baní, y el mejoramiento del entorno de decenas de lugares turísticos, de no tan grande impacto social pero de enorme importancia estratégica para el mejoramiento de nuestro potencial turístico.
En otros renglones sociales la población demanda también por más gasto. Sectores relacionados con la defensa de las mujeres piden que se atienda, con justa razón, los problemas de violencia doméstica con la categoría de problema de Salud Pública. Así, nos recuerdan que por casos de violencia contra la mujer, en lo que va de año han muerto entre 85 mujeres y 115 (difieren las cifras dadas por la investigadora Susy Pola y las que da la Policía), en cualquier caso son cifras mayores que las muertes provocadas por el dengue. Eso significa más fiscales, más policías y más publicidad estatal para atender este flagelo. Quité usted las publicidades de auto-bombo gubernamental y sustitúyalas ¿De dónde sacamos si no es con mayor gasto, el entrenamiento necesario para los agentes policiales, la contratación de personal especializado y el establecimiento de fiscales para atender los miles de casos de violencia doméstica que hoy ni se registran por no derivar todavía en muerte?
En el mismo tema de salud pública, quién entiende un sistema de salud pública sin mejorar la prevención. ¿Cuántas vacunas anuales son necesarias para declarar erradicadas aquellas enfermedades controlables? ¿Cuánto tiempo pasará para que el personal especializado, técnicos, enfermeras y médicos reinicien sus reclamos de mejoras salariales?
Lo mismo en educación. ¿Acaso no nos quejamos las personas concientes del estado de las escuelas? ¿Cuántas mejoras habría que hacer en las existentes? Si bajamos la nómina pública en un 10%, tendríamos 3 millardos disponibles. ¿Sería suficiente eso para atender la demanda de infraestructura del sector, al tiempo que se pudiera contratar más personal educativo y mejorar el salario a los mejores profesores. ¿Sería razonable que 3 millardos serían suficientes para crear escuelas técnicas, para dar más pupitres, pizarrones, aumentos de desayuno escolar acorde a la población estudiantil nueva?
Se puede seguir para el área de la justicia. ¿Son suficientes los jueces? ¿Hay juzgados suficientes? ¿El sistema carcelario es suficiente? Podemos combatir la delincuencia de forma efectiva con una policía mal pagada. El número de efectivos policiales hoy día ¿Es suficiente?.
En cada renglón del gasto público podemos encontrar mejor forma de gastar lo presupuestado; pero al mismo tiempo, encontramos en cada renglón una deficiencia que tampoco se cubriría al cambiar la priorización. Incluso si se cometiera el error político (y social) de eliminar los subsidios a la energía y al gasto, los montos liberados puede que sean insuficientes para atender demandas sociales que se incrementarían con esa hipotética medida. ¿No debería usarse más dinero en prevenir los embarazos de adolescentes? ¿La atención de madres solteras no exige, para el bien del futuro del país, atención pública directa? ¿Los que están fuera del sistema de pensiones, por no haber cotizado en el nuevo sistema, no deben ser atendidos por el Gobierno?
Mejor gasto es necesario. Racionalidad y responsabilidad debe ser exigido en aras de la transparencia; pero más gasto es también necesario en aras de la gobernabilidad. Mejor gasto no es contradictorio con la necesidad imperiosa de aumentar el gasto público. Las prioridades de los que piden austeridad están divorciadas de las necesidades de la población. El gobierno debe gastar mejor, pero también más.