Mucha cautela con la reforma

Mucha cautela con la reforma

El presidente de la Suprema Corte de Justicia, doctor Jorge Subero Isa, ha expresado de manera reiterada su temor porque la creación de una Sala Constitucional pueda debilitar al tribunal supremo, y con él, al Poder Judicial. Que esa creación -ha dicho- podría conducir a confusiones en términos de jurisdicción y competencia. Su discurso con motivo del Día del Poder Judicial contiene reflexiones en ese contexto. Otros sectores han hecho observaciones puntuales sobre el proyecto de reforma constitucional y han advertido que de ser aprobado tal cual es,  conferiría al Poder Ejecutivo más poderes que los que ya le confiere el artículo 55, en perjuicio de los otros dos  poderes del Estado.

Aparte de las  observaciones y objeciones importantes hechas al proyecto de reforma, el mismo tiene de por sí una especie de  pecado de origen, pues a la hora de elaborarlo no se tomaron en cuenta planteamientos hechos por diversos sectores y personalidades de la sociedad civil consultados por disposición del Poder Ejecutivo. Y un hecho precedente muy cuestionado también es que no fue atendido el reclamo de que se hicieran los arreglos jurídicos pertinentes para que la reforma fuese realizada por Asamblea Constituyente, en vez de Asamblea Revisora. Los legisladores deberán poner en receso sus militancias políticas y tratar este proyecto con la sobriedad que exige su gran delicadeza.

¿Merece juicio el Código Procesal?

Desde que fuera promulgado el 19 de julio del año 2002, el Código Procesal Penal ha marcado la pauta de este ámbito de la administración de justicia. Esta  legislación, que sustituyó al obsoleto Código de Procedimiento Criminal, tiene detractores y defensores. Quienes lo objetan le atribuyen responsabilidad en lo que algunos señalan como un debilitamiento de la justicia en beneficio de los delincuentes.

En estos tiempos de gran reincidencia en el crimen, y de violencia cuestionable en el combate del mismo, sería prudente someter a juicio de valoración al Código Procesal Penal, los criterios con que se le aplica y comprobar si merece condena o absolución. La sociedad necesita asegurarse de que sus instrumentos de ordenamiento realmente funcionen y rindan los resultados aspirados. Entre defensores y detractores del Código Procesal Penal hay un punto intermedio que se pregunta si este código merece un juicio crítico.

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