La vida de María Isabel Mateo Tejeda, de 18 años, ya no podrá ser la misma. Catorce machetazos en la cabeza, el cuello, los brazos y la espalda, fueron más que suficientes para dejar una huella indeleble en cualquier persona; y eso recibió esta muchacha, quien por demás tiene tres meses de embarazo.

Todo su cuerpo quedó marcado con los 500 puntos de sutura que le dieron en el hospital, luego de escapar con vida de la agresión de nueve personas que, machete en manos, la emprendieron en su contra el día 8 de este mes, al salir de un examen en un colegio, en Los Alcarrizos.

Ahora, de acuerdo con la versión de su madre, Marisol Tejeda, se asusta cuando ve un grupo de gente.

Pero la mayor preocupación de esta familia es que el caso quede impune, por lo que reclamaron de las autoridades que se haga justicia.

Tejeda denunció que Alba Pichardo fue la persona que dirigió la agresión en contra de su hija y le pagó a un grupo de hombres para que la atacaran con machetes.

«Ella (Alba Pichardo) agarró a mi hija y le decía a los hombres córtala, córtala por aquí, y cuando ella metía las manos la cortaban en el brazo», dijo Tejeda durante una visita a la redacción de HOY.

Dijo que resultado de las heridas que recibió a su hija le dieron 500 puntos de sutura en los brazos, la cabeza, el cuello, la espalda y otras partes del cuerpo.

Tejeda manifestó que su hija estuvo a punto de perder un embarazo de tres meses a consecuencia de los golpes y heridas que le propinaron sus agresores, «ella le decía a los hombres que no la cortaran por la barriga, entonces la Pichardo le decía no importa mátenla, mátenla».

Dijo que antes de la agresión su hija tuvo que dejar un trabajo que tenía en una banca, debido a que desde hacía varios días era asediada por algunos de sus atacantes.

Afirmó que Pichardo usó un revólver para impedir que los jóvenes del sector socorrieran a su hija al momento de ser agredida.

Tras insistir en reclamar que se haga justicia, Tejeda denunció que del grupo de agresores sólo están detenidos Alba y Yenny Pichardo, quienes incluso tienen el privilegio de que les dejan dormir en sus casas.

Con lágrimas en los ojos la señora afirmó que al menos algo le da fuerzas a su hija para seguir viviendo: la criatura que lleva en su vientre desde hace tres meses y que sobrevivió a la agresión.