Muchas sombras y pocas normas

Muchas sombras y pocas normas

Los políticos renuentes a regulaciones que reculan ante una ley que meta en cintura a sus  partidos, ley que pondría límite a la procedencia de los recursos que usan para terciar en elecciones,  son los políticos  que finalmente refuerzan la imagen generalmente negativa que  ordinariamente el ciudadano  se ha forjado sobre ellos. Las caricaturas y chistes más comunes y exitosos en las redes y tertulias suelen mencionar al político promedio como defraudador, oportunista, incumplidor y dado al transfuguismo. Ante unos estereotipos tan vergonzosos, deberíamos tener  más políticos empeñados en aprobar  una Ley de Partidos contundente cuya aplicación certificaría la seriedad de sus  actividades.

Ahora resuena un escándalo en el exterior sobre alegados financiamientos prohibidos a un candidato a la presidencia del Perú. Las sensacionales revelaciones vinculan a un senador dominicano con las donaciones cuestionadas, lo que el aludido legislador criollo niega. Cierto o falso, cabe señalar (para los fines de este editorial) que el destape de lo alegadamente podrido en antiguas tierras de los incas ha sido posible porque en ese país sudamericano hay leyes efectivas para frustrar las ocultaciones de los políticos. En Perú, el hilo condujo al ovillo porque el expresidente que habría recibido las donaciones fue puesto   al descubierto  financieramente al suprimírsele de forma legal la confidencialidad bancaria. Los trapos salieron al aire.

Buen mensaje al olvidado coronel

El vuelco al que aspira el nuevo jefe de la Policía Nacional, general Manuel Castro Castillo, incluye asignar papeles más importantes a los oficiales del rango de coronel con preparación académica. Esto va acorde con el propósito de  Estado de poner fin al excesivo número  de generales en diferentes armas. Este pequeño país del  Caribe ha llegado a tener más generales que la Otan. La cultura del jefeo con muchas  insignias y pocas tropas nos ponía en ridículo.

Menos generales va a significar más importancia para aquellos  que queden activos  después del chapeo, sobre todo si se preserva a quienes realmente reúnen  méritos para el  alto grado  en el escalafón de la carrera militar o policial. En cuanto a los coroneles, el hecho de que la nueva jefatura se decidiera a confiarles funciones  clave en las líneas de mando, departamentos y jurisdicciones, significa que les llegó el gran  momento de brillar.

 

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