Muchas tareas pendientes

Muchas tareas pendientes

La campaña electoral provocó una interrupción de labores en el Congreso. Un número importante de legisladores aspiraba a agotar un nuevo período que, por cierto, quedó ampliado a seis años para unificar las elecciones, y las aspiraciones los lanzó al ruedo a la caza de votos para sus respectivas causas. En esa virtud, muchas tareas pendientes en el  Congreso quedaron aplazadas hasta nuevo aviso.

En esta etapa del proceso electoral corresponde dar curso en  el ámbito contencioso a las reclamaciones de candidatos que se sienten lesionados en sus intereses. Ya no hay que lanzarse al ruedo a buscar votos y la defensa de los sufragios en reclamo es materia de delegados y abogados que deben tratar de hacer valer sus argumentos  en la Cámara Contenciosa, que es la única instancia facultada para fallar sobre impugnaciones y reclamaciones.

Los legisladores deberían retomar ya el trabajo en el Congreso. Todos, los que triunfaron en sus aspiraciones y los que no lo lograron, tienen obligaciones que cumplir hasta el 16 de agosto próximo. Por ejemplo, está pendiente la adecuación de un conjunto de leyes adjetivas para que estén en armonía con la nueva Constitución. Se ha avanzado en esa tarea y es posible avanzar aún más, o se puede trabajar por una ley de partidos y otras tareas pendientes.

Apoyo para los politécnicos

Los institutos politécnicos responden a un esquema educativo que pone al estudiante en el camino de la incorporación al trabajo productivo. Corresponden al modelo que debería operar por defecto en los niveles medio y secundario de la enseñanza oficial. Apoyar esos institutos es atacar una de las causas de desempleo y pobreza en países como el nuestro, facilitándole al estudiante las herramientas del conocimiento teórico aplicado a la práctica.

No debería ocurrir que la falta de recursos y otros factores dificulte o impida el trabajo de entidades como el Instituto Politécnico Cardenal Sancha, que han sido  exitosos bajo la dirección de las Hermanas de la Caridad.  Sor Isabel María Pérez Méndez, directora del Cardenal Sancha, se queja porque la precaria asignación económica, sumada a los apagones, la delincuencia y la acumulación de basura, prácticamente ahoga a ese centro. Hay que dar todo el apoyo necesario a los politécnicos.

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