Mucho cuidado al votar

Mucho cuidado al votar

Existen  tantos politiquillos que quieren servir a la sociedad, que  son los sacrificados que viven muy bien, tienen los mejores sueldos, pasaportes oficiales y a veces diplomáticos, placas gratis, viajes al extranjero pagados por la municipalidad, mientras el pueblo se revuelca en el lodazal de las calles, muere  en los pasillos  de los hospitales y sus hijos no pueden ir a la escuela, porque los ayuntamientos son propiedad de algunos políticos, que disfrutan del mejor negocio del país, los Ayuntamientos.

Si se respetara la Ley 17-97 en lo que atañe a los porcentajes en que deben ser distribuidos los ingresos generados por el 4% que se pretende llevar al 10%, es decir 30% para servicios municipales y gastos de operación, 40% para inversiones de capital y obras y 30% para gastos de personal, los Ayuntamientos serían autosuficientes y las calles, la basura, las atenciones sociales llegarían a los munícipes más necesitados; pero desgraciadamente todo se va en gastos de sueldos, viáticos, fiestas, atenciones varias y ayudas a políticos que no trabajan, pero nadie es capaz de poner un freno a estas debilidades, porque los regidores casi todos son cómplices de sus propias actuaciones.

Para calcular los ingresos de los responsables municipales, habría que andar en los resquicios de las dimisiones recibidas, porque el verdadero vigilante es el Alcalde o el Presidente del Ayuntamiento, que son quienes deciden por la corporación edilicia, pero a éstos les interesan más las dietas y la cantidad de las mismas que la salud de la institución.

El problema  de los sueldos de los regidores radica en que los Alcaldes dependen  exclusivamente del pleno municipal, es decir, de su voluntad, y todos aspiran pingües beneficios y que el pueblo siga sumergido en la miseria, porque los ediles van al cargo, antes honorífico, a un proyecto personal de mejora económica y buscan otras contrapresentaciones.

Las juntas de vecinos y los sindicatos obreros destacan que las subidas de los ingresos de los únicos enganchados a regidores y síndicos son desproporcionados y la Liga Municipal les sigue el juego.

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