RAIMUNDO TIRADO
El equipo de asesores y voceros del ingeniero Miguel Vargas Maldonado está desdeñando la posibilidad de una alianza con doña Milagros y la Corriente Unitaria, pasando por alto los 150,000 votos que dieron el apoyo a su candidatura. En sus alegatos hemos recogido que, ante el cuadro de una candidatura que apenas sacó el 20% de los votos depositados en las urnas perredeístas, mientras que la ganadora sacó el 80%, y ante el hecho de que dentro de la Corriente Unitaria se encuentran varios “viejos dinosaurios” que nada aportarían a la candidatura de Miguel, no habría ganancia concertando una alianza con ellos.

Este análisis resulta muy ligero y superficial, porque, en primer lugar 150 mil votos pesan aquí y donde quiera. En segundo lugar, doña Milagros, con su discurso de centro izquierda, llega a un segmento importante de la población, al que no le puede llegar Miguel Vargas con su imagen de empresario próspero.

En tercer lugar, la doña recoge los votos de muchos de los denominados bochistas puros, resentidos con el equipo gobernante del PLD a quienes acusan de desviarse de los principios de su líder ya fallecido.

En cuarto lugar, una franja importante de gremios, sindicatos y sectores organizados de la sociedad civil firmaron documentos de apoyo a doña Milagros porque entendían que ella podía representar mejor sus intereses, y esa corriente de simpatía se puede manifestar si se logra la integración de ella a la campaña perredeísta. En quinto lugar, no se puede olvidar que existe una buena parte de la población perredeísta que su único vínculo es con la historia del partido, y en muchos casos no existe el interés por un empleo, y quiérase o no, esa historia viva la encarnan muchos de los dirigentes de la Corriente Unitaria.

Esos perredeístas apegados a la historia de su partido, se sienten íntimamente ligados a sus símbolos y tradiciones, por lo que resultaría aventurado dejar a un lado esos factores de tanto peso en el trabajo de consolidar el voto.

La mayoría de esos voceros, que no han vivido en las entrañas del PRD, y que no conocen a fondo la idiosincrasia perredeísta, le hacen un flaco servicio a Miguel Vargas Maldonado, pretendiendo alejar la unidad total de todas las fuerzas del partido blanco en torno a su candidatura. Por eso le decimos a Miguel que tenga mucho cuidado con el discurso de sus asesores y voceros en lo referente a la posición a tomar frente a la Corriente Unitaria y doña Milagros. Que recuerde el caso del licenciado Jacobo Majluta que pretendió alejar de su candidatura a importantes líderes históricos del PRD, y obtuvo como resultado la derrota.

Además, la imagen de unidad perredeísta que se puede presentar el próximo día 10 de marzo, en medio de la Asamblea de Delegados, crearía un efecto multiplicador importante en la sociedad dominicana, junto a una imagen de mayor tranquilidad y confianza, porque ya los ciudadanos verían a un PRD alejado de las rebatiñas y los dimes y diretes del pasado, que quedarían sepultados con dicha demostración. Por otra parte, este debe ser el momento de acción de la alta dirección del Partido para la propiciar la unidad, tal y como lo hubiera hecho José Francisco Peña Gómez si viviera, porque ella tiene una gran responsabilidad de llevar al PRD al poder, lo cual se convertiría en un objetivo trascendental de su mandato partidario.

Ante esas razones de tanto peso, hacemos un llamado al presidente del partido, Ramón Alburquerque, y al secretario general, Orlando Jorge Mera, para que no escatimen esfuerzos en el afán de lograr la total integración de todos los sectores perredeístas a la campaña por la candidatura del Ing. Vargas Maldonado. Y no se arrepentirán. Si, por el contrario, nos cruzamos de brazos y dejamos que los voceros externos y los asesores no perredeístas dirijan los pasos del candidato del PRD en lo referente a las alianzas, y finalmente se pierden las elecciones, todos seremos culpables, pero a las cabezas les tocará la mayor cuota de responsabilidad en la derrota.