POR MARIEN A. CAPITAN
Más tranquila y sosegada, sin la agitadora presencia de los escolares correteando por los rincones de la Plaza de la Cultura, la penúltima jornada de la VIII Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2005 estuvo marcada por la presencia de múltiples familias que se paseaban por el recinto ferial.

Aunque el espacio en general se presentaba más vacío, el interior de los pabellones y stands estaban más concurridos que de costumbre. Es decir, el que estaba en la feria estaba de verdad: interesándose por los textos y adquiriendo algún o algunos volúmenes de su interés.

Este cambio de público, sin lugar a dudas, se revierte en alegría para los libreros, quienes no ocultan su satisfacción ante los volúmenes de ventas: aunque ha habido algunos tímidos en hacer sus cálculos, otros aseguran que venderán un 50% más que el año anterior.

No ha faltado quien, incluso, se atreva a asegurar que esta es la mejor feria de los últimos años: más organizada, más limpia (llama la atención que casi no se ha visto basura en el recinto), con mejores casetas, mayor índice de ventas y mucha mayor asistencia.

Uno de los que dice precisamente esto es Ricardo López, de Cuesta, quien afirmó que este año las ventas han sido sorprendes. De igual manera se expresó Luisa de Povedano, de Mateca, quien señaló que no hay punto de comparación de esta feria con la del año pasado en ningún sentido. El único punto negativo, subrayó, es el de los parqueos.

Otros como Jorge García, de José Libros y Más; Jorge Placencia, de Thesaurus; o Pedro Turbí, de Editora Corripio; manifestaron que las ventas han sido excelentes y que más no se podría pedir. Bajándoles un punto, José Cedeño, de Aavante; Carolina de Collado, de Entre Libros y Revistas; y José Rafael Pimentel, de Editora Santillana apuntaron que las ventas han estado muy buenas.

Aunque con menos ímpetu, los dueños de librerías religiosas tampoco se quejan de las ventas. La ubicación, sin embargo, no fue la mejor para ellos, tal como apuntó Fernando Adames, de Video Club Cristiano, quien dijo que estaban muy arrinconados y que la gente no pasa mucho por donde están.

ARVELO: NADA DE IMPROVISACION

Aunque aún no tienen el registro de asistencia, el nivel de volumen de ventas o el monto de lo que se ha invertido en esta feria, los organizadores de esta muestra están plenamente satisfechos con los resultados que han obtenido hasta ahora.

Asegurando que nada fue dejado al azar y que todo se hizo siguiendo un criterio muy estricto, el director de la feria, Alejandro Arvelo sostuvo que estuvieron trabajando duro desde septiembre hasta marzo pasado. Posteriormente, se encargaron sólo de los detalles e imprevistos que fueron surgiendo.

Gracias ello, indica, la feria ha resultado ser todo un éxito: los libreros dicen que las ventas no han tenido precedentes y que han vendido un 35 ó 40% más que el año pasado, mientras la gente ha respondido asistiendo masivamente.

Destacando que en esta ocasión se empezó a vender desde el primer día, algo que nunca sucede, Arvelo apuntó que esta feria ha sido más agradable puesto que el espacio es más grande, las calles son más anchas y hay menos apretujamientos.

Ahora bien, quien escucha el siguiente dato podría dudar de sus palabras: durante una hora en que Arvelo estuvo junto a los que están midiendo la asistencia del público, se contó la entrada de 28 mil personas.

Por esta gran afluencia y previendo los daños que le pudieran haber causado a la grama del lugar, Arvelo anunció que reforestarán la Plaza de la Cultura dentro de dos semanas, cuando ya no quede absolutamente nada de esta feria en el lugar.