Muchos impuestos y represión fiscal

Muchos impuestos y represión fiscal

POR ARTURO MARTÍNEZ M.
En la literatura de las finanzas públicas se pone énfasis en que cuando las tasas de impuestos son altas y variadas, como en el caso dominicano, también es alto el incentivo que tienen individuos y empresas para evadirlos. Es que de manera indirecta el gobierno obliga al contribuyente a una de dos, a invertir recursos para pagar los impuestos ó para evadirlos; la selección dependerá de lo que le resulte más rentable. El contribuyente, como actúa cualquier hombre de negocio que discute facturas y obtiene descuentos de centavos, de cientos de pesos, de miles de pesos y/o millones de pesos, también piensa en términos de costos absolutos, por lo que al final pagará los impuestos posibles, también podría decirse que llevará a la realidad a las propias autoridades. No es que sea avaricioso, es que al igual que el empresario que actúa con una mentalidad de minimización de costos, le resulta duro escribir un cheque sólo para que el gobierno vote el dinero, para que lo malgaste.

Lo anterior viene a cuento porque la queja generalizada es que el Presidente Fernández y el PLD han metido en un lío fiscal a los consumidores y a los empresarios, en menos de tres años de gobierno la carga tributaria ha sido aumentada en más de 5 puntos porcentuales del PIB con  impuestos excesivamente altos variados y complicados, y lo peor, la población no recibe nada a cambio. No se hizo caso a la advertencia de empresarios y partidos políticos de oposición en el sentido de que la respuesta sería un aumento de la evasión fiscal, a pesar de que para apoyar la afirmación se citaron estudios hechos en América Latina y en los países desarrollados demostrado la existencia de una fuerte correlación entre altos y complicados impuestos y evasión. La respuesta equivocada del gobierno ha sido un aumento de la represión a través de la DGII, tratando de cobrar hasta el último centavo, aumentando el costo de la administración tributaria y reduciendo la eficiencia de los impuestos, sin darse cuenta de que la ofensiva no es más que un síntoma del problema: la existencia de un sistema impositivo de imposible cumplimiento para productores y comerciantes.

Es descomunal el poder de la DGII, el resultado de la Tercera Reforma Tributaria aprobada por el Congreso Peledeísta y puesto en práctica por el Presidente Fernández; la DGII se ha convertido en un terror de empresarios, ciudadanos y profesionales, en un Organismo represivo al que los contribuyentes honestos le tienen miedo cuando debería ser todo lo contrario. Al revés de lo que piensan la gente del gobierno, la represión le hace un severo daño a la producción, al comercio y a la economía en general, porque la verdad debe ser dicha, no es que los contribuyentes se revelan y que no quieran pagar, es que a lo imposible nadie está obligado, comenzando con que pocos entienden, incluyendo los mismos encargados de su cobro, el rompecabezas en que se ha convertido el sistema impositivo. Dígame amigo lector, Ud. conoce a algún pequeño ó mediano productor ó comerciante que sepa cómo llenar el formulario con datos e informaciones que enviarse mensualmente a la DGII? La prueba está en que el pasado 15 de febrero fueron pocos los reportes que recibió la DGII.

Una locura impositiva es lo que de herencia está dejando el Presidente Fernández y el PLD: impuestos demasiados elevados y variados; leyes contradictorias unas con otras, también contradictorias con nuevas y viejas resoluciones de la DGII; formularios distintos para asuntos distintos, con números distintos, que deben llenarse cada vez que se hace una transacción, ni los expertos entienden bien el lío, y si quieren prueba de lo que afirmo, sólo pregúntale a dos especialistas y tendrá dos respuestas diferentes. Con ese lío tributario que nadie me venga a decir que en el país hay condiciones para invertir, para producir, para negociar nada, y para el lector que quiera entretenerse haciendo cálculos, le resumo unas cuantas obligaciones tributarias (estoy seguro de que me quedo corto).Tiene que pagar el 16% de ITBIS por cualquier cosa que compre y debe retenerlo en caso de que venda; pagar el 14% por seguridad social, el sistema de pensiones y de salud de los trabajadores; el 2% de recargo laboral; a INFOTEP debe pagarle el 16%; como debe tener vehículos para sus operaciones, para lograr la primera placa debe pagar el 17% de su valor CIF; para que el vehículo pueda circular en todo el territorio nacional, debe pagar un impuesto de 1% de su valor de registro.

Además, la empresa debe acercarse a la DGII para pagar el 1% sobre los activos declarados, los mismos activos utilizados para generar beneficios, es decir que se grava dos veces; si paga asesoría legal, contable ó de cualquier naturaleza, tiene la obligación de retener el 10%; como anticipo del impuesto sobre la renta debe aportar el 1.5% de los ingresos brutos; debe pagar un impuesto por la energía eléctrica consumida y no consumida, la tarifa de 0.28 centavos de dólar el kilowatts consumido implica la existencia de un impuesto que supera el 60% sobre el precio que debería pagar; como tiene plantas eléctricas para suplirse como promedio el 50% de sus necesidades energéticas, compra gasoil regular pagando 38% de impuesto. El mismo impuesto paga por el consumo de gasoil en los vehículos de la empresa; los que se mueven con gasolinas deben pagar 44% de impuesto en el caso de la premium y 51% si la gasolina es regular; por la emisión de cheques de pagar 0.5 por mil; por el servicio de teléfonos paga el 28% de impuesto, el más alto de América Latina, conformado por el ITBIS de 16%, el 10% de impuesto selectivo al consumo y 2% de contribución para sostener las operaciones de INDOTEL. Si después de pagar todos esos impuestos, de haber llenado formularios en la DGII, de haber resumido sus costos y la empresa termina con un balance positivo, porque cargó al consumidor un precio por encima del precio internacional, debe acercarse a la DGII para liquidar el 30% de la ganancia. Si el negocio se ubica en una industria que es tomadora de precio, el empresario está en problema con la DGII, de entrada no le creen que perdió dinero. Aún con pérdidas deberá pagar impuesto sobre la renta, el 30% de algo. Las instrucciones que tiene la Oficina es que los excesivos gastos del mes del gobierno deben ser cubiertos de cualquier manera.

La creencia que ha tenido el Presidente Fernández y el PLD es que el gobierno debe ser grande, que debe gastar mucho, que deben crearse y aumentarse los impuestos para financiar el exceso de gastos, para equilibrar las finanzas públicas. Los nuevos impuestos han puesto al gobierno en condiciones de gastar más dinero, ahí está la experiencia de la Primera y Segunda Reforma Tributaria, en dos años y medio manejó RD$56 mil millones adicionales, y en lugar de equilibrar las cuentas fiscales, el gobierno terminó muy mal con el FMI, incumplió la Quinta y Sexta Revisiones del Acuerdo Stand-by, porque en vez de cerrar con cero déficit terminó con un faltante de RD$10 mil millones. Con la Tercera Reforma Tributaria el gobierno, siempre apoyado por el FMI, vuelve a cometer el mismo error, aumentó los impuestos para buscar más ingresos, dizque para equilibrar el presupuesto y producir un superávit de 2.3% del PIB, cuando debió ser lo contrario, cortar impuestos y reducir gastos. Estamos en presencia de un Presidente y de un partido que no entienden lo obvio, que el gobierno no necesita ser grande para cumplir con su papel de estabilización de la economía.

En materia impositiva el Presidente Fernández y el PLD han metido al país en un callejón sin salida, con consecuencias que sólo comienzan a sentirse. Los impuestos altos han elevado los precios de todo los productos y servicios de la economía, por eso los sindicados, con razón, piden un aumento de 30% en el salario base; los altos impuestos han eliminado los incentivos que tenían productores para invertir, la producción de bienes y servicios continuará estancada ; la tasa de ahorros de las familias y de las empresas evidencian un grave deterioro, perjudicando el crecimiento en el corto a pesar de que lo que digan las autoridades monetarias pero también con serias implicaciones para la economía de mediano plazo. La estrecha relación entre tasas de impuestos altos, reducción de ahorros y su impacto negativo en el crecimiento de la economía, es una de las pocas cosas que se tiene demostrado en economía con cierto grado de certidumbre, pero es evidente que tanto el Presidente Fernández como el PLD lo han ignorado de manera olímpica.

Los empresarios y los consumidores ya dieron por perdido los cuatro años de gobierno de Leonel Fernández y el PLD, es el comentario que se escuda en todas las reuniones privadas, están mirando al futuro cercano. El nuevo gobierno que se inaugurará el 16 de agosto del 2008 deberá simplificar y reducir los impuestos, para despenalizar la producción nacional. Deben ser pocas y relativamente bajas las tasas impositivas, con el interés de maximizar la recaudación y elevar su rendimiento, lo que se logrará eliminando la gran cantidad de papeles y formularios que actualmente atrofia el sistema, la idea central debe ser que a las familias y a las empresas se les facilite el cumplimiento del deber fiscal, instruirlas para que ahorren dinero en el cumplimiento de sus obligaciones, y no como ahora, que hay que invertir millones de pesos sólo para poder pagar los impuestos.

La reforma que deberá hacerse a partir de agosto del 2008 debe terminar con el estado represivo creado por la DGII, que viola la propiedad de las empresas y la libertad de las personas, lo que sencillamente es intolerable. A diferencia de lo que se tiene, el nuevo sistema impositivo deberá incentivar el ahorro de las empresas, de las personas y de las familias, porque cuando se afecta negativamente el ahorro, indirectamente se incentiva el consumo de cualquier cosa en detrimento de la formación de capital; sin una buena acumulación de capital será imposible elevar la productividad para poder competir con empresarios de los Estados Unidos y del resto del mundo, poniendo en el mercado productos de calidad. Lo demás es sonar despierto.

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