Menores de todo el mundo son víctimas de acoso y de violencia escolar o, en su término en inglés, bullying, que significa intimidar a alguien. En otras palabras, es molestar a otra persona, haciéndole daño y causándole miedo de manera frecuente.
El bullying puede suceder entre niños en la escuela, en el club, en el barrio y en otros lugares donde los menores se encuentren con frecuencia.
El bullying ha ocurrido siempre y con frecuencia pero ahora se está hablando más del tema y existe una mayor demanda de que se le ponga atención por las secuelas sicológicas que deja a sus víctimas, aseguró la psicóloga escolar, María Celestina Hernández.
Lo preocupante de esa situación es que, al parecer, los maestros hacen caso omiso a las quejas de los estudiantes que son acosados, maltratados y violentados, agrega la orientadora para señalar que hay ocasiones en las que el niño le expresa a la profesora que un compañero o un grupo de compañeros lo están molestando, le ponen sobrenombres, lo ridiculizan y hasta le pegan.
El bullying normalmente se da en forma repetida a través del tiempo. Se puede maltratar de diferentes maneras, por ejemplo, pegando o empujando, insultando con las palabras o con los gestos, no permitirle jugar a un compañero, echarlo del grupo, dejar siempre de lado a alguien. También se hace daño cuando se habla mal de alguien a sus espaldas para que los demás no sean sus amigos.
Las víctimas del bullying son niños, sin importar de dónde vienen, ni dónde viven, ni quiénes son sus padres. Es un problema grave, principalmente en las escuelas y cada vez más en Internet y las redes sociales. Puede ser que el compañero que es molestado reciba mensajes de texto con insultos o burlas, comentarios falsos por correo electrónico, redes sociales o tal vez alguien publique una foto o video que lo avergüence.
Estudios relevantes. Investigaciones muestran que los estudiantes que sufren acoso escolar e incluso a quienes solo son testigos les va peor en los exámenes estandarizados de conocimientos que a sus compañeros que no lo han experimentado.
El estudio América Latina: violencia entre estudiantes y desempeño escolar reveló que los estudiantes de primaria que fueron asaltados o abusados física o verbalmente presentan niveles significativamente menores en cuanto a lectura y matemáticas que sus compañeros no acosados.
Se estima que entre el 50 y el 70% de los estudiantes de la región han sido testigos de bullying o han sido también acosados. Los motivos más comunes para que los niños sean excluidos del grupo son las percepciones sobre discapacidad, enfermedad, orientación sexual, raza y origen étnico.
El bullying ocurre en las escuelas públicas y privadas pero las formas más sofisticadas de acoso, humillación y exclusión predominan en los centros privados. En el país y naciones de la región no existe una legislación sobre la violencia en las escuelas en general y el bullying, en particular.
ZOOM
¡Basta de Bullying!
Instituciones como Visión Mundial, Plan Internacional, la Organización de Estados Iberoamericanos y Cartoon Network están desarrollando la campaña Basta de Bullying: no te quedes callado. La misma cuenta con el apoyo del Ministerio de Educación, que desarrolla un programa para la buena y sana convivencia en las escuelas y contribuye en una educación en valores.
Maestros incapacitados
De acuerdo a un estudio, los maestros no están capacitados para prevenir o responder ante el problema del bullying. Preocupados por la realidad se desarrolla una caja de herramientas para menores, docentes y padres.
Consecuencias
Existen consecuencias tanto para los que hacen bullying como para las víctimas. A la pregunta: ¿qué pasa con los niños, niñas y adolescentes que hacen bullying? Expertos responden que los niños y adolescentes que molestan o intimidan a sus pares en forma periódica pueden tender a ser impulsivos, exaltados, dominantes, frustrarse con facilidad, carecer de empatía, tener dificultades para seguir reglas, ver la violencia de un modo positivo y ser discriminadores. Además, ser intolerantes con las opiniones diferentes a las suyas, los varones que molestan o intimidan tienden a ser físicamente más fuertes que los demás niños y ocultan debilidades y conflictos tras una fachada agresiva y de apariencia poderosa.
Y sobre, ¿qué pasa con los niños, niñas y adolescentes que son víctimas de bullying? Los acosados presentan signos de baja autoestima o autoimagen negativa, sensaciones de temor, fobia y ausentismo escolar, pesadillas e insomnio, depresión y ansiedad, desconfianza en las relaciones sociales, desconfianza en los adultos por su intervención inadecuada, aislamiento social, desgano permanente y bajo rendimiento o ausentismo escolar.
Especialistas hacen recomendaciones saludables sobre qué se debe hacer ante el bullying. En una carpeta elaborada por organismos internacionales preocupados por la problemática señalan que ya sea que estén molestando o sientas que te están haciendo bullying, o seas testigo de un ataque contra otros compañeros o amigos, hay muchas cosas que puedes hacer para frenarlo.
Lo mejor es que no te quedes callado. Se sugiere hablar con un adulto de confianza, no responder al bullying de la misma forma porque reaccionar con violencia genera más violencia; di ¡No! junto a tus compañeros y pídele al agresor que pare de molestar, súmate a una campaña antibullying en tu escuela, sé solidario y trata de manejar tu miedo o enojo. Además, si alguna vez hiciste bullying piensa en cómo te sentiste y en cómo se sintió el otro niño y busca ayuda si no sabes cómo detener el problema. Dondequiera que ocurra, sea cual sea fuera la forma que tome, el bullying es algo inaceptable.