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Pese a que han sido considerados por muchos de mala calidad, los muebles de bambú poseen un magnífico acabado que les hacen ideales para decorar el jardín, la terraza y la galería.
Al momento de elegir los muebles, se debe tener en cuenta que el mobiliario hecho a base de bambú es muy práctico y funcional. Esto debe ser prioridad, ya que si sólo los elegimos por su valor estético, quizás optemos por otros hechos con otro material como la caoba o el mimbre, pues aunque algunos se ven muy atractivos, otros parecen rústicos y campestres.
Los muebles de bambú representan una parte fundamental del mobiliario contemporáneo, por su practicidad e informalidad, y en la actualidad se han ido dejando a un lado los tonos caoba habituales por los tintes azules o verdes.
Pueden servir de complemento para la decoración de una casa de campo, o para la segunda vivienda donde se impone un estilo más desenfadado.
Sin lugar a dudas, el bambú surge como una alternativa para fabricar muebles clásicos y tradicionales, además de que ofrece un mueble sencillo, pero con estilo.
Cuidado y conservación
Los muebles de bambú se conservan mejor si los limpia con un cepillo humedecido en agua y sal morena y pueden lavarse frotando con un paño humedecido en petróleo.
Los muebles y objetos de bambú, junquillo o mimbre sufren por la falta de humedad (es conveniente humedecerlos con una esponja o un vaporizador), así como por los efectos de la carcoma que los ataca como si de madera se tratara. Para lavar objetos de estos materiales debe usarse un cepillo suave, de cerda larga, y agua. Se ponen a secar al sol.
La limpieza de los objetos de bambú se efectúa cepillándolos con una solución de agua caliente, lejía y unas gotas de amoníaco. Aclare, seque el bambú con una esponja, frótelo con aceite de linaza y saque brillo a continuación.
Este tipo de mobiliario recobra su mejor aspecto frotándolo con zumo de limón.
Para conseguir que adquiera un brillo especial bastará con que le pase de vez en cuando, medio limón por toda la superficie.
