Así como perdura en el tiempo su material, así se mantienen siempre de moda los muebles de hierro forjado.

Son varias las características que les han convertido en una apuesta segura a la hora de elegir un mueble, pero dentro de ellas se destaca su durabilidad: al comprar un mueble de hierro forjado habrá adquirido una pieza que durará “para siempre”, con mínimos cuidados.

Los muebles de hierro forjado son resistentes a las mudanzas, a los choques con las paredes y a las ocurrencias de los niños que prueban la resistencia de los enseres del hogar.

A diferencia del hierro fundido, el hierro forjado tiene menos carbono, lo cual lo hace más maleable y resistente.

También soportará las inclemencias del tiempo. No obstante, los cuidados cambian según el lugar donde se encuentren. El hierro forjado se oxida en la intemperie, por lo que deberá prestarle atención ante la primer señal de deterioro. Si la pintura se levanta, deberá lijar y pintar otra vez, dejando que seque bien entre mano y mano. Si aparece óxido, solo lave el área afectada con jabón y agua limpia y luego píntela.

En el interior, la resistencia de los muebles será mayor y se lucirán tanto como en el jardín.

Una elección de buen gusto. Los muebles de hierro son piezas románticas que aportan a la decoración un toque clásico y fresco a la vez. Hay miles de opciones y diseños, desde los rústicos muebles de jardín hasta finas creaciones para interior como camas y comedores.