El mobiliario exquisito utilizado por los burgueses durante el siglo XVIII en Inglaterra puso de moda el torneado en la fabricación de muebles.

Durante ese siglo el torneado fue una de las decoraciones más populares, sobre todo en aquellos muebles que se inspiraban en el estilo románico.

Y es que durante el romanticismo fue una de las técnicas más apreciadas sobre todo en Centroeuropa y los países nórdicos.

Sin embargo, esta ha estado presente en varios estilos decorativos; en el gótico se usó en la arquitectura religiosa, mientras que el barroco usa el torneado como uno de los métodos expresivos para transmitir sensación de movimiento.

Luego la industria del mueble descubrió que el torneado era una técnica barata y fácil de utilizar y que a la vez enlazaba perfectamente con diversas tendencias decorativas.

Hoy día es común encontrar esta técnica hasta en las piezas de muebles más modernas.

Antecedentes

Técnica de torneado

El torno es una máquina que hace que la pieza sobre la que se trabaja gire sobre sí misma y se va dando a la madera la forma deseada mediante un instrumento cortante. Es muy importante que esté bien fijo al suelo para que no se mueva.

Estilos

Los tornos se pueden dividir en dos grupos: los de movimiento alterno, en los que la pieza gira en uno u otro sentido alternativamente y los de movimiento continuo en los que el giro se realiza siempre en un mismo sentido. Es decir que las patas pueden tener círculos consecutivos apilados unos encima de otros o espacios circulares lisos intermitentes con bolas redondas. Incluso pueden tener otros diseños. Es mucho más común verlo en muebles de gran tamaño.