La dentición permanente de los seres humanos está compuesta de treinta y dos piezas dentarias, distribuidas de la siguiente manera, dieciséis en la arcada superior y la misma cantidad en la inferior.

De éstas, doce constituyen los molares, los cuales son nombrados, primero, segundo y tercero molares, estos últimos comúnmente se les llama “muelas del juicio”.

Las muelas del juicio son las últimas piezas dentarias en erupcionar en la cavidad oral, es decir, en ocupar un espacio en la boca. Son en total cuatro, dos superiores y dos inferiores, derechos e izquierdos. Este sobrenombre se le atribuye al hecho de que generalmente aparecen en la cavidad oral cerca de los dieciocho años, cuando se supone que ya el paciente es adulto y responsable de sus actuaciones. Es muy común que el tercer molar no pueda realizar su proceso de erupción correctamente en la cavidad oral.

Entre las principales causas se pueden citar la falta de espacio, mala posición del germen dentario, quistes y tumores en la zona cercana de los gérmenes de estas piezas dentarias, factores hereditarios, como son tamaño de los maxilares y de las piezas dentarias, en maxilares pequeños y piezas dentarias grandes se dificulta el proceso eruptivo, por la falta de espacio, malformaciones genéticas asociadas a diversos síndromes. Todos los seres humanos estamos supuestos a tener los terceros molares, excepto cuando se presenta la agenesia de los mismos, por razones genéticas los mismos no se forman. La situación más común  es que estos no puedan hacer una correcta erupción en la cavidad oral, debido a cualquiera de las condiciones citadas anteriormente, quedando incluidos parcial o totalmente en el hueso mandibular, provocando una serie de problemas, los cuales deben ser resueltos lo antes posible, realizando la extracción de los mismos por un cirujano maxilo facial.

Los adolescentes que realizan sus visitas regularmente al odontólogo, serán informados por su dentista de las posibilidades reales de una correcta erupción de sus terceros molares, ya que cada caso es especial y único, si se determina que debe procederse a la extracción, se deben realizar lo más rápido posible.

La permanencia  de estos molares en la cavidad oral ejerciendo fuerzas mal dirigidas acarrean una serie de inconvenientes que se pueden clasificar:

Mecánicos. Empujan los dientes adyacentes y alteran la alineación de las demás piezas.

Infecciosos. Se atrapan restos de alimentos a su alrededor, dificultándose la limpieza del área. Este proceso infeccioso es acompañado por dolor, inflamación del carrillo, de los ganglios del área del cuello.

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Procedimiento

Con un buen cirujano

La presión ejercida en su intento de erupción afecta el normal funcionamiento de la articulación temporomandibular.

Es importante resaltar que la cirugía de terceros molares, es un procedimiento común en la consulta odontológica, pero requiere ser realizada por un profesional de la salud oral, con entrenamiento especial, el cirujano maxilo facial, ya que por el área en que se encuentran debe manejarse con sumo cuidado para evitar y prevenir inconvenientes. El seguro familiar de salud, SFS, ofrece cobertura en estos procedimientos, con profesionales capacitados. Consulte su Administradora de Riesgos de Salud, ARS.