Muere Al Goldstein, director de la revista Screw

Muere Al Goldstein, director de la revista Screw

NUEVA YORK. AP. Al Goldstein, el director de la revista Screw que ayudó a derribar las barreras legales contra la pornografía y criticó a políticos, grupos religiosos y cualquier referencia al buen gusto, murió el jueves, informó un amigo. Tenía 77 años.

Goldstein falleció en un hospicio de Brooklyn luego de una larga enfermedad, dijo el amigo, el abogado Charles C. DeStefano.

De todos los posibles herederos al trono sexual de Hugh Hefner, ninguno destacó como Goldstein. Ya fuera por sus duras críticas a vacas sagradas en las páginas de la publicación o al colocar en el jardín de su casa de Florida una escultura de tres metros (11 pies) de altura que representaba una señal obscena con el dedo medio, su humor ácido, su vestuario llamativo y sus múltiples divorcios le dieron notoriedad a nivel nacional. “Ser colérico es estar vivo.

Soy un judío colérico. Me encanta. El odio es mejor que el amor, creo que es más puro”, afirmó en una entrevista en 2001. “Hay muchas razones para estar enojado porque a la gente la roban, la elección la ganó la persona equivocada, los buenos generalmente pierden y la sociedad apesta”. Para respaldar ese odio, Goldstein gastó millones de dólares en demandas legales a la primera enmienda de la Constitución, cientos de miles en campañas infructuosas para ser alguacil en Florida y varios millones más en acuerdos de divorcio.

DeStefano dijo que Goldstein era “un intelectual a quien le importaban el mundo y la geopolítica”. Pero después de llevar un lujoso tren de vida tuvo problemas económicos y se vio obligado a refugiarse en un asilo para personas sin hogar y un hospital para veteranos de guerra. En 1968 cofundó la revista Screw en momentos en que el sistema legal estadounidense estaba enredado en una batalla sobre el significado de la palabra obscenidad.

Goldstein nunca se consideró un defensor de la libertad de expresión, sino que decía luchar por sus intereses lascivos. “Screw nació de una combinación de muchos factores: el principal era mi insatisfacción con la literatura sobre sexo de 1968 y mi anhelo de una publicación que reflejara mis apetitos sexuales”, escribió en una antología de la revista editada en 1971.

Goldstein también creía que las instituciones culturales y religiosas habían convencido a su generación de que el sexo era algo sucio y los convirtieron en “un montón de gente avergonzada que compra revistas de desnudos a escondidas”.

Los editoriales cáusticos y escatológicos de la revista despotricaban contra líderes religiosos y el gobierno que justificaba la guerra mientras encarcelaba a directores de publicaciones eróticas. En su mejor época, Screw llegó a vender 140.000 ejemplares a la semana. “Tal vez esté ganando mucho dinero, pero de verdad creo que estoy haciendo un bien al desmitificar la sexualidad”, dijo en una entrevista con la revista Playboy en 1974.

Sus enfrentamientos con la ley fueron constantes. Durante los tres primeros años de la publicación fue detenido 19 veces por acusaciones de obscenidad y gastó millones de dólares en su defensa legal. En 1974 logró uno de sus mayores triunfos cuando un juez federal desechó un caso por obscenidad en su contra.

Después de eso la disposición del gobierno a perseguir casos como ese languideció, con lo que terminó un periodo en el que se prohibió la publicación de libros como “Trópico de Cáncer”, de Henry Miller, y “El amante de Lady Chatterly”, de D.H. Lawrence, y las publicaciones eróticas se escondían bajo el mostrador. Con el tiempo Screw se volvió menos relevante y Goldstein perdió mucho dinero defendiéndose de demandas.

A fines de 2003, la revista cerró y su director solicitó protección gubernamental por barncarrota. Las cosas se le pusieron tan difíciles que en 2004 le dijo al periódico The New York Times que en ocasiones se veía obligado a dormir en un automóvil y a vivir en un refugio en Florida para personas sin hogar.

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