Río de Janeiro .- El arzobispo emérito de Río de Janeiro, Eusebio Oscar Scheid, uno de los cuatro cardenales brasileños que participó en el cónclave que eligió como papa a Francisco, murió este miércoles a sus 88 años víctima de COVID-19, informó la archidiócesis de Río de Janeiro.
Scheid, que fue arzobispo de Río de Janeiro y de Florianópolis, fue diagnosticado con COVID-19 el martes en el hospital de la ciudad de Sao José dos Campos en el que estaba ingresado en estado grave desde diciembre tras haber contraído una neumonía y no resistió a la pandemia.
El jesuita, que había fijado su residencia en Sao José dos Campos, municipio del estado de Sao Paulo del que fue obispo, venía presentando problemas de salud desde diciembre pasado, según informó la Archidiócesis de Río de Janeiro en una nota que publicó en su página en Facebook.
Scheid fue arzobispo de la sureña ciudad de Florianópolis entre 1991 y 2001, cuando asumió como arzobispo de Río de Janeiro.
En 2003 fue consagrado como cardenal por el papa Juan Pablo II y en 2009 renunció a la archidiócesis de Río de Janeiro al llegar a la edad reglamentaria.
El religioso participó en los cónclaves en que fueron elegidos como pontífices tanto Benedicto XVI como Francisco I pero ya no ejercía como cardenal debido a su edad.
En 2003, cuando se le consagró como cardenal, Scheid llegó a decir que estaba seguro de que el pontífice que sucediese a Juan Pablo II sería latinoamericano, lo que sólo terminó ocurriendo tras la renuncia de Benedicto XVI.
“Creo que hay grandes posibilidades de que el nuevo Papa sea de América Latina, porque es una región tradicionalmente católica”, dijo entonces el prelado.
En 2005 protagonizó una gran polémica al afirmar que el entonces presiente brasileño, el líder izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, no era un católico sino un caótico.
Scheid, nació el 8 de diciembre de 1932 en Luzerna, estado de Santa Catarina, sur de Brasil, obtuvo el doctorado en Filosofía y Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y fue ordenado sacerdote en 1960 en esa misma ciudad.
Tras regresar a Brasil en 1964, pasó varios años como profesor de Teología en diversas ciudades brasileñas y en 1981 fue nombrado por el Papa Juan Pablo II obispo de Sao José dos Campos (estado de Sao Paulo), cargo en el que permaneció diez años.
En 1981 fue designado arzobispo metropolitano de Florianópolis, capital de Santa Catarina, cargo que dejó en julio de 2001 para asumir la archidiócesis de Río de Janeiro.
Brasil es uno de los epicentros globales de la pandemia de la COVID y el segundo país con más muertes en el mundo después de Estados Unidos, con cerca de 205.000 víctimas, y el tercero con más contagios, después de la nación norteamericana y de India, con unos 8,2 millones de casos.