Carmen Dionelys Martínez Bonilla, una joven de 20 años con un embarazo de 20 semanas y oriunda de una comunidad rural de Puerto Plata, murió en el hospital Presidente Estrella Ureña de Santiago porque los médicos no interrumpieron el embarazo a pesar de que su vida corría peligro.
La Constitución dominicana prohíbe la interrupción del embarazo en cualquier etapa; lo considera un crimen. La joven muerta, quien era falcémica, tuvo complicaciones desde el inicio de la gestación.
Al respecto, el doctor Víctor Terrero deploró la muerte, consideró que hubo miedo de actuar por parte del equipo médico y consideró la defunción un crimen contra una mujer pobre.
La información relativa a la muerte la dio a conocer la enfermera Rita García, de Santiago, quien también lamentó que la joven no haya sido desembarazada en esas condiciones de suma gravedad.
El padre de la joven, Diógenes Martínez, dijo a Hoy que la familia está destrozada. Carmen tuvo problemas desde el inicio del embarazo, pero los médicos del hospital Ricardo Limardo, de Puerto Plata, le dijeron siempre que era peligroso interrumpir el embarazo, y en efecto, el proceso siguió el curso hasta llegar a las 20 semanas.
La historia Carmen Dionelys fue diagnosticada con falcemia desde los nueve meses de nacida. Era tratada desde entonces por la hematóloga Aracelis Hernández.
La joven resultó embarazada y de inmediato comenzaron las complicaciones. A finales del mes de julio fue ingresada en el hospital Ricardo Limardo por nueve días. Una infección generalizada invadió su cuerpo y debió ser trasladada al área de Maternidad del hospital Presidente Estrella Ureña, de Santiago ,el pasado lunes. Murió el martes.
Reacción El doctor Terrero, activista de los derechos de la mujer, condenó la muerte de la joven, dijo que en su caso no le importa que una ley le prohíba salvar la vida de una madre, “la hubiese desembarazado”, insistió.
Dijo que es evidente que hubo un mal manejo en el abordaje médico de Carmen y probablemente los profesionales de la salud tuvieron miedo de interrumpir el embarazo que es lo que recomiendan los textos, enfatizó.
Terrero, ginecólogo con más de 40 años de ejercicio, dijo que la falcemia es una enfermedad de alto riesgo para el embarazo, y por lo general se aconseja no darle continuidad. Algunos textos consideran que un feto de 20 semanas es un aborto tardío. Este caso ocurre cuando el país está dividido entre los que plantean la despenalización del aborto, cuando la mujer corre peligro, como fue este caso, si el feto es inviable y en caso de incesto o violación.