Ayer a la 9:05 de la mañana la manati Mireya, que fue rescatada por comunitarios de las Terrenas, Samaná y se encontraba en el Acuario Nacional sufrió un infarto fulminante que terminó con su vida.
Luego de tener una noche de mucho llanto, aunque tomaba alimento sin dificultades, los biólogos y veterinarios que amanecieron con ella reportaron nado errático y en círculos en ocasiones e hiperventilando (respirando con frecuencia rápida), informó el Acuario en su cuenta de Instagram.
Todo indica que, para un manatí de menos de una semana de nacido, la ausencia de la madre pudo jugar un papel determinante en su deceso.
El informe de necropsia sobre las posibles causas de muerte se dará a conocer en los días venideros.
«Lamentamos la perdida de ese valioso ejemplar», señala la institución en el comunicado.
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