El virólogo francés Luc Montagnier, fallecido el martes a los 89 años de edad, obtuvo el premio Nobel de Medicina por haber logrado aislar por primera vez el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), pero durante la última década de su vida perdió el reconocimiento profesional que había adquirido debido a sus posturas cada vez más alejadas de la ortodoxia científica.
Nacido en 1932, Montagnier fue nombrado en 1967 jefe de Investigación del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia y un lustro más tarde encabezó la Unidad Oncológica Viral del Instituto Pasteur de París.
En esa reconocida institución, a inicios de la década de 1980, Montagnier y su equipo estuvieron aislando numerosos retrovirus humanos, entre los cuales hallaron en 1983 al VIH, causante del entonces poco conocido síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida).
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Junto a los doctores Jean-Claude Chermann y Françoise Barré-Sinoussi, Montagnier publicó una obra en la que describían este nuevo virus. Además, desarrolló una prueba de sangre capaz de detectar los anticuerpos generados por el VIH.
Polémica
La autoría del descubrimiento de este virus le fue disputada en 1984 por el científico estadounidense Robert Gallo, lo que inició una larga controversia que concluyó una década más tarde con el reconocimiento de que el virus aislado por Gallo era, en realidad, uno de los primeros virus que habían sido aislados en 1983 en el Instituto Pasteur.
En 2008, Montagnier y su colega Françoise Barré-Sinoussi fueron reconocidos con el Nobel de Medicina por el «descubrimiento del Virus de Inmunodeficiencia Humana».
Desde entonces, sin embargo, el prestigio de Montagnier comenzó a declinar a medida que fue asumiendo posturas controversiales en defensa de la homeopatía o asegurando que podía curar a niños autistas mediante el uso de antibióticos.
Desde el inicio de la pandemia de coronavirus, el nombre de Montagnier circuló mucho en las redes sociales debido a sus críticas infundadas en contra de las vacunas contra la covid-19, a las que acusaba de ser las causantes del surgimiento de nuevas variantes del virus.
Por declaraciones de este tipo Montagnier venía siendo tachado como promotor de la pseudociencia desde inicios de la década pasada, cuando un artículo en la revista Science decía expresamente: «Montagnier no está enloqueciendo, Montaginer ya enloqueció».
Pese a ello, deja tras sí una extensa obra que incluye unas 350 publicaciones científicas y más de 700 patentes.