El niño Domingo Hernández,  de 4 años, murió el viernes de rabia humana luego de permanecer interno  una semana en el hospital infantil Robert Reid Cabral, donde lo mantenían en un coma inducido.

Su cuerpo es velado en la comunidad de Hato Viejo, en San Cristóbal, donde residía. Será sepultado hoy.

Hernández fue mordido en la cara por un perro callejero el pasado 28 de noviembre, en su comunidad.

La información sobre su muerte no se conoció sino hasta  ayer, mediante el infectólogo Jesús Feris, quien lamentó el deceso del pequeño.

 La madre del infante criticó la negligencia con la que trataron al niño en los demás centros donde lo atendieron.

De acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y del Ministerio de Salud Pública,  ante  la mordedura de un animal es imperativa la vacunación antirrábica.

Recomendación que no fue tomada en cuenta en el caso de Domingo, que no fue vacunado de inmediato porque en el hopsital Juan Pablo Pina le dijeron que no había antirrábica en ese horario. La madre acudió en la noche.

Protocolo.  En cuanto al tratamiento con el que trataron a Hernández, los especialistas que lo manejaron en el hospital infantil Robert Reid Cabral explicaron   que era atendido de acuerdo con el protocolo de Milwaukee, dirigidos por el doctor Rodney Willooughby, del hospital Wisconsin, en  Estados Unidos.

Indicaron que Willooughby ha sido el primer doctor en salvar dos casos de rabia por mordedura de murciélagos, auque ninguno por virus, subtipo perro-hurón.

El protocolo consiste en inducir al coma profundo para permitir  que el paciente tenga tiempo suficiente para crear sus propios anticuerpos para la eliminación del virus rábico.

Otra tragedia. Hace  mes y medio que  una  niña de 7 años murió de rabia humana también en San Cristóbal y tras llevarla a un centro de salud no le aplicaron la vacuna antirrábica porque le médico de emergencia no lo consideró necesario.