Muere oficial de brigada Plus Ultra

Muere oficial de brigada Plus Ultra

MADRID.- El comandante español de la guardia civil Gonzalo Pérez García murió este miércoles en el Hospital Central de la Defensa de Madrid como consecuencia del disparo en la cabeza que recibió el pasado 22 de enero en Irak, informó el ministerio de Defensa.

El militar español, que se encontraba en estado de «coma irreversible» y sufrió este miércoles por la mañana un «empeoramiento brusco», murió cerca de las 21h00 locales (20h00 GMT) tras ser sometido a una prueba de apnea que determinó su fallecimiento.

Pérez García, de 42 años de edad, era jefe de Seguridad de la brigada iberoamericana «Plus Ultra» en la ciudad sureña iraquí de Diwaniya, donde se encuentra la base central del contigente español destacado en Irak.

El militar fue tiroteado, junto a dos policías iraquíes, el pasado 22 de enero en la localidad de Hamsa, 40 km al sur de Diwaniya, cuando participaba en una «operación antiterrorista», explicó el ministerio de Defensa español.

[b]Matan niño[/b]

En tanto, soldados estadounidenses mataron a tiros a un niño iraquí de nueve años cerca de Kirkuk (norte), afirmó este miércoles el jefe de las fuerzas estadounidenses en la región, el coronel William Mayville, explicando que fue un «error».

«Un error se produjo cuando nuestras fuerzas en Kirkuk dispararon (el martes) obuses de mortero contra zonas que eran posiciones de agresores o de terroristas, 10 km al sur de Kirkuk», afirmó el oficial tras una reunión con el jefe de la policía de la provincia, el general Chirko Chaker Hakim, y el gobernador adjunto Ismail Hadidi.

«Uno de los obuses cayó por error cerca de la familia», mató al niño e hirio a su madre y sus dos hermanos, explicó a la prensa.

[b]Se le escapó[/b]

El que fuera lugarteniente de Sadam Husein y actual número seis en la baraja de iraquíes más buscados por las tropas de ocupación, Ezzat Ibrahim al-Duri, volvió a escapar en las últimas horas de las fuerzas especiales norteamericanas.

Según fuentes de la policía iraquí, en la madrugada de hoy soldados estadounidenses cercaron la mansión que el jeque Yumaa ad-Dawar tiene en la localidad de Mosul, después de que los servicios de Inteligencia advirtieran que en el edificio podría estar refugiado el más estrecho colaborador del tirano caído.

Sin embargo, el jeque Yumaa ad-Dawar logró huir por la puerta trasera del inmueble, localizado en el barrio de Al-Sumud, en el que fueron detenidos dos de sus hijos, explicó el capitán de la Policía local, Haki al-Hammadi.

En la casa tampoco se halló rastro alguno de Ezzat Ibahim, quien después de la captura del depuesto dictador se ha convertido en la pieza más codiciada por las tropas de ocupación, añadió Al-Hammadi.

Los servicios de Inteligencia norteamericanos creen que el pelirrojo brazo derecho de Sadam, que solía representar a Irak en los grandes eventos panárabes, es uno de los cabecillas de la resistencia armada y uno de los principales responsables de los ataques contra las fuerzas de la coalición.

Uno de los nuevos semanarios iraquíes, Al-Yaum al-Ajbar, publicó días atrás una información basada en fuentes del Ministerio de Interior, en la que se afirmaba que el ex número dos del régimen estaría animando a los simpatizantes del derrocado régimen para que se infiltrasen en las oficinas del Gobierno y en el nuevo Ejército.

Como muestra, el rotativo citaba el ejemplo del reciente arresto de un funcionario que tenía en su poder un mensaje supuestamente escrito por Ezzat Ibrahim en el que instaba a sus seguidores a unirse a la Policía y a las Fuerzas Armadas, con el objeto de aprovechar la información que pudieran obtener.

De acuerdo con la fuente citada por Al-Yaum al-Ajbar, el mensaje también invitaba a los militantes a perpetrar actos de sabotaje para minar la seguridad y la estabilidad de Irak.

Ezzat Ibrahim participó en el golpe de Estado que en 1968 llevó al poder a Sadam Husein, y junto al vicepresidente Taha Yasin Ramadán, en poder de las fuerzas de la Coalición, fue de los que sobrevivió a las purgas políticas del dictador.

Diversas organizaciones internacionales de derechos humanos le acusan de crímenes contra la humanidad por su participación en la operación Anfal en 1988, en la que fueron masacrados miles de kurdos.

El pelirrojo lugarteniente era miembro del Comité de la región norte que supervisó el bombardeo de una parte del Kurdistán iraquí con gases venenosos.

Diez años más tarde sobrevivió a un atentado en Kerbala, la segunda ciudad santa del chiísmo iraquí.

De Ezzat Ibrahim no se tienen noticias cierta desde un mes antes de que Estados Unidos iniciara la guerra en Irak, cuando Sadam Husein le encargó la defensa de la región noroeste de Irak, en la que ahora se concentran los ataques contra las fuerzas de ocupación.

Por otra parte, el Ejército de Estados Unidos pidió hoy disculpas por el «asesinato accidental» de un niño iraquí de nueve años, alcanzado por un proyectil norteamericano cuando celebraba con su familia la Fiesta musulmana del Sacrificio, cerca de la ciudad septentrional de Kirkuk.

El coronel William Mayville reconoció que los soldados bajo su mando fueron los responsables de la muerte el martes del muchacho, y aseguró que ha ordenado una investigación sobre el incidente, en el que también resultaron heridos su madre y dos de sus hermanos.

Alegó que las topas abrieron fuego al creer que grupos de insurgentes se escondía en la zona, y advirtió que los culpables del «error» serán castigados.

Además, indicó que la familia del niño, identificado como Bassam Sami, será compensada con 2.500 dólares por la muerte, y 1.500 dólares por cada uno de los heridos.

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