Paul Auster murió el martes a los 77 años en Brooklyn por complicaciones de un cáncer de pulmón, rodeado por su familia, entre ellos su mujer y también escritora Siri Hustvedt y su hija Sophie.
Muchos recordarán al escritor estadounidense por «La trilogía de Nueva York», otros por película «Smoke», centrada en unas almas perdidas que frecuentan una tienda de tabaco de Brooklyn, interpretada por Harvey Keitel, quien todos los días tomaba una fotografía callejera de la esquina donde se encontraba el negocio.
Es frecuente hallar un paralelismo entre Auster y el director de cine Woody Allen, un creador judío de Nueva York de cultura europea que al contar la mitología de la Gran Manzana, un personaje más, le hablan al mundo, con gran éxito en Europa y América Latina.
Auster vivió cuatro años en Francia, que llamaba “mi segundo país”, donde ejerció de traductor mientras perfeccionaba su oficio como escritor. Entre sus galardones destacan el nombramiento como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia. De España se llevó el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.
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Reconocimiento de la crítica y el público
La treintena de libros publicados por Auster fue acompañada tanto por un éxito tanto de la crítica como por un público masivo. Su obra fue traducida a más de 40 idiomas y puede encontrarse tanto en las bibliotecas de intelectuales exigentes como en las librerías de aeropuerto.
Graduado en la Universidad de Columbia, su vida dio un giro en 1979, con la muerte de su padre, que le dejó una herencia que le permitió dedicarse de lleno a la literatura.
En 1982 publicó «La invención de la soledad», una reflexión inquietante sobre las relaciones padre-hijo. Con «La trilogía de Nueva York» su carrea dio un salto, gracias un giro filosófico en el género policial que presenta a un turbio cuarteto de detectives privados llamados Blue, Brown, Black y White.
En los siguientes años seguiría en la senda de sus travesuras existenciales con obras como «El Palacio de la Luna» (1989), «La música del azar» (1990) y «Leviatán» (1992).
Otras obras destacadas son «El libro de las ilusiones» (2002) o «Brooklyn follies» (2005), en el que un superviviente de cáncer de pulmón busca un lugar para morir tranquilo en el Brooklyn de su infancia.
En 2017 rompió con su estilo conciso para publicar un tomo de 866 páginas, «4 3 2 1», que describe la sociedad estadounidense a través de la vida de un hombre común, Archie Ferguson.
Auster la presentó como su obra maestra, aunque no toda la crítica coincidió con su juicio.
En 2023 publicó junto a su yerno fotógrafo Spencer Ostrander «Bloodbath Nation» sobre la violencia armada en Estados Unidos, con textos que acompañan las instantáneas tomadas en tiroteos masivos en el país.
En ese libro reveló que su abuela había matado a tiros a su abuelo en 1919, pero que evitó ir a prisión y criar a sus cinco hijos argumentando locura temporal.
Una pareja de intelectuales
En 1982, Auster se casó con Hustvedt, y ambos se convirtieron en una de las parejas de intelectuales más famosas de Nueva York.
En marzo de 2023, su esposa reveló que fue diagnosticado con un cáncer, el colofón de unos años trágicos en la recta final de su vida.
Su nieta de diez meses había muerto en 2021 después de ingerir heroína. Y su hijo Daniel, padre de la niña y acusado de homicidio involuntario, falleció por una sobredosis apenas diez meses después.
Para su amiga Lyden, Auster fue un «escritor de escritores» que cubrió «con palabras todas las facetas de la pérdida, la soledad, las alegrías y las penas de la vida».
«Nunca perdió el contacto con el sufrimiento humano y eso lo convirtió en el amado escritor que ha sido», afirmó.