En tiempos inciertos: ¿Qué nos depara el futuro?

En tiempos inciertos: ¿Qué nos depara el futuro?

Es una realidad que nuestro país se encuentra en una situación muy delicada, dado el brote de coronavirus que ha, prácticamente cubierto toda la isla, ya que al ser prácticamente detectado después de cierto tiempo de infestación.

Esto nos coloca en una posición muy desventajosa, ya que cuando se detecta un brote en un ciudadano, posiblemente, tal y como ha sucedido, éste ha contagiado un sinnúmero de ciudadanos que ajenos al peligro, continúan haciendo vida social y por supuesto, diseminando el virus.

Sin ser economistas, lo que ocurre en la actualidad es algo que nos va a costar mucho trabajo y sacrificios para volver a estar en la situación que existía antes de ser afectados por esta pandemia mundial, que de continuar sin encontrarse solución pronta, dejará la mayoría de las naciones del mundo al borde del colapso, tanto en cuando a la salud, como a lo económico.

Hay una gran parte de la ciudadanía optimista que piensa que este estado de emergencia será conjurado en menos de noventa días, ya que se han pospuesto actividades dentro de ese lapso de tiempo. Sin embargo no compartimos esta esperanza por el número de países afectados y dependiendo del tiempo que dure, las reservas y la vuela a la normalidad engendran una serie de factores que no se vislumbran en un futuro cercano.

En nuestro caso. Nunca habíamos sufrido la desconexión total de las líneas aéreas con Europa. Son cientos de vuelos mensuales que no recibiremos, lo cual significa, que la mayoría de los hoteles en las zonas turísticas, tendrán que cerrar si ya no lo han hecho, sus instalaciones y despedir a miles de trabajadores que dada la falta de huéspedes tendrán que reubicarse en otras labores para lo cual no siempre están preparados.

La pregunta obligada: ¿Cómo se sostendrán estos así desplazados? Creemos, que de la situación económica no sustentarse, saldremos de pandemia viral y entraremos en la pandemia criminal, si el incremento de losrobos, asaltos y atracos desbordará los representantes del orden público.

Al dedo malo todo se le pega. Hemos tenido un fallo en contra el cual ha favorecido a la compañía Norberto Odebrecht por más de quinientos millones, parte de los cuales, si se hubiese hecho un procedimiento racional, como lo hizo Perú, Ecuador, Colombia y otros países de la región, que han escudriñado en Brasil los entresijos de la práctica de corrupción y que ha llevado a la cárcel a ex presidentes, al extremo que uno, se suicidó.

Aquí, nuestra débil justicia en franca descomposición, ha seleccionado los imputados, dejando una buena parte fuera, al parecer, por no afectar severamente al actual gobierno, que de paso maneja, al incompetente investigador.

El turismo no solo ha sido afectado por la enorme disminución de los vuelos aéreos a la República. Los cruceros que iban aumentando sus escalas en los puertos de La Romana, Santo Domingo y Puerto Plata, han cesado también en atracar en muelles dominicanos. Menos mal, que todavía los buques mercantes no han cesado de tocar puertos dominicanos porque de suceder esto, ahí será Troya.

A nuestro entender, lo peor está por llegar cuando pase esta pandemia. Los retrasos en todos los ordenes serán materia de juicios y los tribunales serán desbordados. La moratoria que ha ofrecido la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), así como de los bancos comerciales, cuando lleguen a su fin, los deudores, al no generar recursos por un tiempo bastante prolongado, caerán en cesación de pagos y los acuerdos serán muy difícil de cumplir.

Lo que pasó en el 1918 y también en el 1930, una por la peste mal denominada española y el colapso de la moneda por una enorme devaluación, podrían quedarse “chiquititos” antes lo que nos deparará cuando pase este pandemónium gratuito que nos ha impactado. ¡Que el todopoderoso nos ampare y nos guie en esta calamidad!

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