Mueren 10 durante protestas en Uzbekistán

Mueren 10 durante protestas en Uzbekistán

ANDIZAN, Uzbekistán (AFP).- Las autoridades uzbekas abrieron fuego este viernes contra la muchedumbre en Andizan, al este de Uzbekistán, país de Asia central donde el autoritario presidente Islam Karimov optó por la fuerza para reprimir una insurrección.

   El balance de víctimas podría ser muy elevado. La insurrección provocó al menos diez muertos confirmados pero los tiroteos se prolongaron dejando presagiar una cifra más alta mientras algunas fuentes hablan de 50 muertos y un centenar de heridos.

   Miles de personas se manifestaron a última hora de la tarde de este viernes ante la sede de la administración regional, ocupada por los insurgentes, para apoyarlos, pedir la mejora de su nivel de vida, más democracia y la dimisión del presidente Karimov.

   Entonces los soldados abrieron fuego sobre la muchedumbre para dispersarla.

   Los militares dispararon varias veces sobre la plaza y los parques de la zona, causando la muerte instantánea de al menos una persona e hiriendo a otras cinco, constató un periodista de la AFP.

   Varios contingentes de las fuerzas del orden y vehículos blindados de transporte de tropas fueron enviados, armados con ametralladoras pesadas, al edificio asediado bloqueando los accesos a la plaza.

   «Los soldados emprendieron el asalto persiguiendo a todo el mundo, personas armadas y no armadas. Dispararon contra mujeres y niños», dijo un testigo interrogado por teléfono por la agencia de prensa rusa Interfax.

   En la noche una verdadera atmósfera de temor reinaba en Andizan, donde acudieron de refuerzo los médicos de las localidades cercanas.

   Un responsable del gobierno uzbeko aseguró al final de la tarde que las fuerzas del orden habían retomado el control de la sede de la administración pero ninguna fuente independiente pudo confirmar esta información.

   En la noche de jueves un grupo de insurgentes en Andizan asaltó una guarnición donde tomó armas, una prisión de alta seguridad donde liberaron unos 2.000 detenidos, y la sede de la administración regional.

   Andizan, ciudad de más de 300.000 habitantes, es una de las más importantes del valle de Fergana, región sensible donde el apoyo a las tesis de los extremistas islamistas es fuerte entre la población.

   Miles de personas acudieron entonces a apoyar a los insurgentes pidiendo cambios económicos y más democracia.

   Es una de las crisis más graves a las que se enfrenta el presidente Karimov, que desde 1991 dirige con mano de hierro este país de Asia central rico en gas y donde se encuentra una base norteamericana.

   El presidente acudió inmediatamente al lugar con responsables de seguridad, y en la noche regresó a la capital uzbeka, en un signo de que estaba controlada la situación.

   La insurrección fue provocada sobre todo para protestar en favor de 23 personas, acusadas de propagar ideas islamistas radicales, que son juzgadas actualmente por actividades anti-constitucionales y fundación de una célula del movimiento islámico Akromiya, según la prensa local y activistas.

   El movimiento Akromiya es una rama del Hizbi Tahrir, partido islamista prohibido en Uzbekistán, que busca la creación de un Estado islámico en el territorio de las ex repúblicas soviéticas de Asia central.

   Los insurgentes pedían también la liberación de uno de los jefes de esta organización, Akram Yuldachov, declaró a la AFP Sharipjan Shakirov, un detenido liberado de la prisión.

   En los últimos meses, Uzbekistán multiplicó los procesos contra personas acusadas de actividades islamistas, sobre todo después de los atentados de marzo de 2004 (47 muertos) atribuidos por las autoridades al movimiento Hizbi Tahrir, ilegal en el país pero muy implantado en Asia Central.

   El presidente Karimov está acusado por los defensores de los derechos humanos de permitir la tortura en las prisiones del país y de haber lanzado una amplia campaña de represión contra los opositores, con el pretexto de luchar contra el islamismo.

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