BUENOS AIRES (AFP).- Un total de trece presos murieron la madrugada del martes durante un violento motín en la cárcel de Coronda, en la provincia argentina de Santa Fe, motivado por fuertes disputas entre reclusos, informaron autoridades carcelarias.

«Hubo una trifulca entre prisioneros, un arreglo de cuentas. Cuando el motín terminó, hicimos un recuento y encontramos 13 muertos», dijo el director de servicios penitenciarios de la provincia, Fernando Rosua.

Seis prisioneros que sufrieron heridas de arma blanca y quemaduras fueron hospitalizados, de los cuales dos están graves, dijeron fuentes penitenciarias en la mañana del martes.

De acuerdo con Rousa, el motín se originó en una riña entre prisioneros provenientes de Rosario y de Santa Fe, las dos grandes ciudades de la región.

El funcionario admitió que se trató de la mayor masacre en un penal ocurrido en la historia de la provincia.

Según las autoridades provinciales, de los 13 presos muertos hubo 11 que habían sido atacados ferozmente con armas blancas, mientras que los otros dos fueron quemados.

Algunas de las víctimas fatales, todas de Rosario, fueron degolladas durante el ataque de los oriundos de Santa Fe, al parecer en venganza por la muerte de un recluso de esta última ciudad, ocurrida el fin de semana, identificado como Eduardo Verón, quien habría sido líder del segundo de los grupos.

Verón fue atacado el domingo pasado y murió poco después en un hospital.

En una rueda de prensa, el director del penal de Coronda, Daniel Mansilla, admitió este martes que «ese hecho de sangre habría sido el detonante» del enfrentamiento entre los dos sectores.

El episodio se desató al anochecer del lunes, cuando un grupo de presos del pabellón en el que están alojados los originarios de Santa Fe tomó a dos guardiacárceles como rehenes –quienes resultaron ilesos– y avanzaron hacia los sectores donde están instalados los rosarinos, donde ocurrieron los trágicos desmanes.

Rosúa señaló que se trató de un motín de características «raras», ya que «la toma de rehenes sirvió para vengarse entre los internos».

Agregó que el secuestro de los carceleros les sirvió a los amotinados para ir ganando espacios en el penal y atacar a sus rivales.

Existe una tradicional e histórica rivalidad entre los pobladores de ambas ciudades, que siempre se mantuvo en un plano pacífico, pero se trasladó a los presos de Coronda con el saldo trágico de 13 muertos, dijeron medios del lugar.

Santa Fe (476 km al norte) es la capital de la provincia homónima, de unos 500.000 habitantes, que sufrió una devastadora inundación en 2003, mientras Rosario (310 km al norte), con un millón de pobladores, es la tercera ciudad del país y principal puerto cerealero de Argentina.

Rosua reconoció que la cárcel de Coronda, la más importante dependiente del Estado provincial, situada 45 km al sur de la capital de Santa Fe, se encuentra «desbordada» en su capacidad, ya que cuenta con «1.400 internos y posee una capacidad para 1.100».

Mansilla afirmó que este martes se dispuso un refuerzo de las guardias en los pabellones donde se iniciaron los enfrentamientos para evitar nuevos incidentes.

«Se van a evitar posibles revanchas», aseguró Mansilla, quien confirmó que «no hubo violencia de los internos contra el personal penitenciario».

El 11 febrero pasado, ocho personas murieron durante un violento motín en una cárcel de la provincia de Córdoba (centro), luego de que los reclusos mantuvieron durante veinte horas como rehenes a medio centenar de familiares de presos, además de una veintena de guardianes.

El peor motín carcelario en Argentina se produjo en marzo de 1978 en el penal porteño de Villa Devoto, donde fallecieron 61 personas.