Mueren 16 personas en dos atentados en el conflictivo noroeste de Pakistán

Mueren 16 personas en dos atentados en el conflictivo noroeste de Pakistán

Islamabad, (EFE).- Al menos 16 personas murieron hoy y más de 150 resultaron heridas en dos atentados perpetrados hoy en el conflictivo noroeste de Pakistán, donde el Ejército lleva a cabo varias operaciones contra la insurgencia talibán.

Diez personas fallecieron y 94 sufrieron heridas por la potente explosión de un coche bomba en la ciudad de Peshawar, explicó a los medios el ministro de Información de la Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP), Mian Iftikhar, quien no descartó que se trate de una acción suicida.

El atentado tuvo lugar frente a un banco de propiedad militar situado en el barrio de Saddar, una concurrida zona comercial de la capital de la NWFP que ya ha sido objeto de ataques terroristas en otras ocasiones.

El área está dotada de fuertes medidas de seguridad pues se halla cerca del cuartel regional del Ejército paquistaní, detalló a Efe una fuente policial.

De acuerdo con su versión, la detonación de la bomba, con cerca de 100 kilos de carga explosiva, causó graves desperfectos a medio centenar de comercios y destruyó una treintena de coches.

Los heridos fueron trasladados a hospitales cercanos y las fuerzas de seguridad acordonaron la zona y arrestaron a dos sospechosos.

La explosión se produjo pocas horas después de un atentado suicida, reivindicado por la insurgencia talibán, contra una comisaría en la demarcación noroccidental de Bannu.

Según una fuente policial citada por el canal privado «Geo TV», en este ataque fallecieron seis personas, la mayoría agentes, y 65 resultaron heridas, entre ellas 30 policías y 35 civiles, incluidos muchos niños.

El suicida empotró el vehículo en el que viajaba, cargado con 320 kilos de explosivos, contra una comisaría en el área de Mandan, situada en Bannu, distrito encuadrado en la NWFP pero fronterizo con las regiones tribales de Waziristán del Norte y del Sur, los principales feudos talibanes en Pakistán y refugio de miembros de la red terrorista Al Qaeda.

La explosión dejó un cráter de casi tres metros de profundidad y más de doce de diámetro, destruyó completamente el edificio policial y causó daños a varias viviendas cercanas.

Tanto el presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, como el primer ministro, Yusuf Razá Guilani, condenaron los ataques y ordenaron que se abra una investigación para esclarecer lo sucedido, según comunicados oficiales.

Los ataques coinciden con la visita a EEUU de una delegación paquistaní encabezada por Zardari, que ha aprovechado la sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas para mantener una serie de encuentros con las autoridades estadounidenses y con la plataforma «Amigos de Pakistán», un foro de apoyo político y económico al país surasiático.

Este jueves, el Senado de EEUU aprobó por unanimidad una iniciativa que triplica la ayuda no militar a Pakistán a un total de 1.500 millones de dólares anuales hasta 2014.

El paquete, que aún debe ser ratificado por la Cámara de Representantes, se enmarca en el esfuerzo de Washington por promover la cooperación de Pakistán en la lucha contra el terrorismo y el extremismo.

El Ejército paquistaní se halla enfrascado actualmente en operaciones contra los insurgentes en varias áreas del noroeste de Pakistán como el valle de Swat y algunas regiones tribales fronterizas con Afganistán y prepara desde junio una acción militar en Waziristán del Sur que aún no se ha iniciado.

Estas ofensivas han debilitado a los talibanes, que en las últimas semanas han organizado menos atentados terroristas y han sufrido continuos arrestos de destacados cabecillas y numerosas deserciones.

La organización Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), movimiento que aglutina a diversas facciones talibanes del país, ha superado además recientemente una disputada transición de poder tras la muerte de su líder, Baitulá Mehsud, el pasado mes de agosto en un ataque con misiles de EEUU.

«Es cierto que ha habido una fase de descenso de su actividad terrorista, pero (la insurgencia paquistaní) todavía tiene suficiente infraestructura para seguir creando problemas», expuso a Efe una fuente de inteligencia occidental. EFE

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