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Nueva Delhi, (EFE).- Al menos 190 personas murieron ayer y otras 625 resultaron heridas por la explosión de siete bombas casi simultáneas en trenes abarrotados de Bombay (oeste de la India), informó hoy la policía.
La policía actualizó a primera hora de esta mañana las cifras de víctimas ofrecida hasta ahora por las explosiones, que se produjeron en vagones de primera clase de trenes suburbanos abarrotados de trabajadores que volvían a sus casas, en hora punta de la tarde, al término de su jornada laboral.
Todas las bombas estallaron en estaciones de la línea oeste de cercanías, que quedó suspendida poco después, pero que ya ha restablecido el servicio aunque muchos trenes operan con retrasos, según informó la agencia local PTI.
Tras una noche de caos y alerta, las autoridades de Bombay, capital económica de la India, tienen intención de que la ciudad regrese hoy a la normalidad. Todas las escuelas y ciudades universitarias estarán abiertas hoy, en una señal de que la situación se encuentra bajo control.
De momento se desconoce el material del que estaban compuestos los explosivos, aunque la policía india ha señalado que eran de gran potencia.
Las bombas estallaron en un intervalo de apenas media hora, sobre las 18.00 hora local de ayer (12.30 GMT), en las estaciones de Mira-Bayandhar, Jogeshwari, Mahim, Santacruz, Khar, Matunga y Borivli, todas ellas de la línea Oeste.
La policía de Bombay ha hecho pública la lista de muertos y heridos en su página web (www.Mumbaipolice.Org), donde ofrece información sobre sus identidades, lugar del incidente y hospital donde fueron admitidos.
Otros atentados
La ciudad de Bombay, capital económica de India, ya fue objeto de atentados con bomba en el pasado. En 1993, una serie de explosiones mató a unas 250 personas e hirió a más de 1.000.
El 7 de marzo de este año, un triple atentado mató a al menos 21 personas en Benarés (norte), la más importante de las ciudades santas del hinduismo.
En Nueva Delhi, un triple atentado provocó al menos 62 muertos el 29 de octubre de 2005.
Las autoridades indias acusaron a grupos islamistas con base en Pakistán y activos en la Cachemira india, escenario de una insurrección islamista desde 1989.
